El malestar en la escuela Mare de Déu del Carme de Terrassa sigue vigente y, esta semana, se ha vuelto a manifestar con varios comunicados y declaraciones por ambas partes. Por un lado, desde la plataforma Recuperem el Karmel han manifestado su intención de movilizarse ante las puertas del colegio el próximo miércoles para denunciar el “golpe de estado ideológico” y el “giro radical” que afirman que ha dado la escuela. Por el otro, desde Educación han dado quince días al centro para que acredite el nivel formativo de varios docentes que actualmente trabajan en la escuela, y les han recordado que en caso de producirse un cambio en el proyecto pedagógico del centro, se debe comunicar “de manera clara” a las familias.
Pero estos no han sido los únicos movimientos. MónTerrassa ha podido saber que esta misma semana se ha puesto en marcha un nuevo grupo de familias reunidas bajo el nombre «Defensem el Karmel» para contrarrestar las declaraciones de la otra parte y cerrar filas con la nueva dirección y profesorado. También han salido a la palestra los maestros del Mare de Déu del Carme. Lo han hecho en un gran acto abierto a todos los padres y tutores con niños en la escuela, en el cual han querido exponer su posición sobre toda esta polémica.
Los maestros desmienten cualquier tipo de adoctrinamiento
En su intervención, a la cual ha tenido acceso este medio, han explicitado que «ha sido una iniciativa nuestra. Nadie nos obliga a hablar, ni a silenciar nada, ni a convocaros. Ya basta de ruido y, sobre todo, basta de hablar de nosotros como si fuéramos una escuela xenófoba, racista, ultracatólica y tantos otros adjetivos despectivos que nos están atribuyendo. Nos entristece profundamente que se haga burla de nuestro trabajo, cuando nuestro único objetivo es educar y acompañar a nuestro alumnado con la máxima profesionalidad», dicen.
El profesorado ha hecho un llamado a las familias a dirigirse «directamente» a ellos cuando haya alguna preocupación para «dialogar y buscar soluciones juntos». Aseguran que «no tenemos nada que ocultar, ni dentro ni fuera de las aulas» y que si hasta ahora no habían salido a hablar públicamente era porque «no queríamos alimentar un ruido mediático que a menudo busca más ser noticia que construir», y han desmentido que haya ningún «contrato de confidencialidad» que les impida hablar.
Recuerdan que el cambio de dirección nació «de una voluntad colectiva de gran parte del claustro», desde el cual se han promovido «mejoras pedagógicas en todas las etapas». Y subrayan que «no hemos percibido ni recibido ninguna imposición ideológica. No entendemos este escándalo», cuando hacen referencia a que se han incrementado las horas de religión, «pero también de otras asignaturas como matemáticas o lenguas».
Respecto a las acusaciones de adoctrinamiento, los maestros las niegan «con rotundidad», y apuntan que: «nuestra tarea es educar, fomentar el espíritu crítico y enseñar a los estudiantes a pensar por sí mismos, basándonos en el respeto y la reflexión. Las afirmaciones fuera de contexto, como las que algunos dicen que ha dicho un profesor, son como un juego de teléfono roto: pierden el sentido y no tienen ninguna validez cuando se sacan de su contexto. Una frase aislada, real o no, no puede ser la base para juzgar una escuela con una trayectoria y una evolución tan sólida como la nuestra. Los rumores descontextualizados no tienen valor y distraen del foco principal. Si hay dudas, os invitamos a hablar directamente con nosotros, porque el diálogo es la única vía para entenderse y avanzar».