Las AFA de Terrassa ha denunciado el “colapso” que sufren los centros de salud mental. No es la primera vez que La Pepeta lleva esta problemática a los Consejos Escolares o en los encuentros que hacen con la concejalía de Educación del Ayuntamiento de Terrassa. Aun así, esta vez, pretenden ir más allá de la queja e intentar crear una “radiografía” de cómo está la situación real en nuestra ciudad.
Ahora hace unos días, el AFA de Las Arenas, La Pepeta y las regidoras de Salud, Laura Rivas, y de Capacidades Diversas, Meritxell Lluís, tuvieron una reunión en que abordaron la necesidad de buscar más recursos para la atención a la salud mental de los niños. Desde las entidades educativas se quejan que “hay un colapso al CDIAP y al CSMIJ. Hace falta que Salud, Mutua y CST pongan más recursos en los servicios públicos”, han manifestado a
Desde las familias de la escuela Las Arenas iniciaron hace unas semanas una recogida de firmas en que querían visibilizar su malestar. Ahora, después de la reunión a tres bandas, han puesto en marcha una campaña de cara a las familias que se encuentran en lista de espera al CDIAP o al CSMIJ, para que sigan un mismo circuito para hacer llegar su queja.
Presionar a Salud con quejas de las familias
Y es que tanto desde la Pepeta como desde la concejalía subrayan a
“Pedimos a todas las familias que se encuentren en la lista de la espera, que se pongan en contacto con nosotros a través de las redes sociales o del correo afaescolalesarenes@gmail.com con el objetivo de poder elaborar una lista con el número de afectados, y así trasladar esta información al Ayuntamiento y a Salud”, han dicho. También se pone a disposición La Pepeta, a través de las redes sociales, para recoger las quejas.
Así mismo, se ha pedido cambiar el circuito de reclamaciones. “Hemos facilitado a las AFA un enlace al formulario que las familias tienen que llenar para que Salud conozca su situación. Nos encontramos que las reclamaciones se ponen en los CAP y que allí se quedan. Recomendamos que la queja se plantee directamente a Salut”, ha explicado la regidora Laura Rivas a
En este sentido cree que “si llegan 100 o 200 quejas a Salut de familias que se encuentran en esta problemática, quizás la Generalitat moverá ficha. La fuerza la tienen que hacer desde las familias, porque desde el Ayuntamiento ya lo intentamos, pero nos encontramos que desde Salut nos dicen que ellos no tienen constancia de ninguna queja, y nos quedamos solos. Las quejas nos llegan al Ayuntamiento, pero también tienen que ser enviadas a Salut directamente”.
En lo que sí que coinciden plataforma y administración local es que hay un incremento de casos relacionados con salud mental. “No es solo en Terrassa, en las reuniones con la Diputació o con Salut, todos los representantes de los municipios indican lo mismo: que hay una carencia de espacios y que estamos sufriendo un incremento de casos de salud mental en niños y jóvenes”, ha recalcado Rivas.
“El hecho que desde Salut se haya anunciado que se creará un segundo CSMIJ es una prueba real que se ha detectado esta carencia”, subrayan desde La Pepeta. La plataforma recalca que “está fallando el sistema, y desde el actual CSMIJ no se responde a la demanda que hay”. Y también quieren hacer hincapié en que “hemos detectado que se está acentuando la brecha de clase. Aquellas familias con capacidad económica que tienen un niño que requiere atención acaban llevándolo a la privada, mientras que las familias vulnerables acaban sufriendo el doble agravio de tener un niño con problemas de salud mental y encima de no encontrar la atención y el tratamiento que necesita”.
Listas de espera, incremento de demanda y hipermedicalització
Ante las quejas de las familias y de administración por la carencia de datos facilitados por la empresa gestora del Centro de atención a la salud mental de niños y jóvenes (CSMIJ),
Sobre la existencia o no de listas de espera, dicen que «cumplimos con los estándares que desde Salud nos marcan». El Dr. Monreal, director asistencial del Ámbito de Salud Mental de la HUMT, subraya que «tenemos un incremento de la demanda e intentamos darle respuesta dentro de los máximos que nos fijan desde la región sanitaria. En función de esto nos reorganizamos, y en los casos que ha habido que intensificar la acción y los profesionales a primaria, lo hemos hecho», recalca. A pesar de ser consciente de la «parte emocional» que sufren las familias que se encuentran en espera de recibir el psicólogo o el psiquiatra, el doctor recalca que hay que tener presente que «el CSMIJ no es el único dispositivo de atención sanitaria en salud mental que tenemos, hay desde la faceta comunitaria, al pediatra, a la hospitalización, pasando por urgencias».
En este sentido, la Dra. Amaia Hervas, jefa del servicio de Salud Mental Infanto-Juvenil de la HUMT, sin entrar a dar datos, sí que ha asegurado que «todos aquellos casos graves que nos llegan desde Código Suicidio son vistos antes de 48 horas mientras que desde la Unidad de Crisis son vistos antes de siete días. Esto es lo que marca el protocolo y lo cumplimos de forma rotunda». Además, subraya que «la lista de espera es variable, tenemos muchos programas y muchos centros. En algunos hay lista de espera y en otros no. También queremos recordar que hacemos visitas cada 15 días para los más pequeños y cada semana para los más grandes, mientras que el programa salud-escuela, tenemos una psicóloga que visita y se coordina con el CSMIJ semanalmente». Hervas apunta que quizás lo que hace falta es tener presente que «al CSMIJ solo derivamos los casos de trastornos mentales moderados o severos, el resto hay otros canales para tratarlo».
Sobre la respuesta que se está dando al incremento de casos en salud mental, la doctora Hervas se alinea con la directora del Plan Nacional de Salud Mental en que lo más importante es «conocer cuál es el foco del problema. Abocar recursos sin saber qué es lo que nos ha pasado en estos 4 o 5 años puede no ser la solución. No estamos hablando de poner más médicos porque si. Tenemos que ir hacia modelos más integrales, que podamos desarrollar para responder mejor a las causas de esta pandemia que estamos sufriendo». Y reflexiona que «creo que forzar a poner diagnósticos de trastorno mental a niños, el que ha hecho es conducirnos a una hipermedicalització que no ha repercutido en una mejora en el bienestar emocional. Tenemos que cambiar el enfoque».