El Colegio Mare de Déu del Carme de Terrassa (Karmel) ha despedido a Francesc Rubio, quien ha sido director del centro durante más de 20 años, según ha podido confirmar MónTerrassa. Rubio ha sido uno de los responsables durante las últimas décadas de convertir el centro educativo en uno de los grandes referentes de la ciudad y en una de las escuelas de más prestigio. Sin embargo, en los últimos tiempos, según ha podido saber este medio, el director había sido apartado de cualquier toma de decisión dentro del centro desde la llegada de los ‘kikos’.
Así pues, la antigua dirección queda totalmente desmantelada. Hace unos días corrió la noticia de la posible renuncia de otro gran cargo de la antigua junta directiva. Por lo tanto, a partir de ahora, las personas que han llevado los Carmelitas las últimas décadas dejan paso a esta nueva dirección capitaneada por los ‘kikos’.
Educación mantiene una investigación abierta
Su despido llega en un momento complicado para la escuela, después de que el Departamento de Educación de la Generalitat de Cataluña abriera un expediente al centro ante las denuncias hechas por parte de varias familias de la escuela Mare de Déu del Carme (Karmel) sobre un cambio “ideológico” en el proyecto educativo del centro concertado.
Hace un par de semanas las familias del Karmel hacían llegar un comunicado a los medios en el que mostraban su preocupación y malestar por lo que consideraban un cambio “ideológico” del hasta entonces proyecto educativo. Lamentaban que se ha observado “un refuerzo del componente religioso, la restricción de actividades y una mayor presencia del castellano”, y denunciaban que “los valores de pluralidad, respeto y libertad religiosa que siempre han caracterizado la institución” se están poniendo en peligro.
Al día siguiente, desde el Comité de Empresa de la escuela respondían a las acusaciones negando cualquier giro ultraconservador y desmintiendo que se haya “impuesto” al profesorado cualquier cambio en este sentido. Indicaban que las modificaciones que se han hecho últimamente han sido fruto “de la voluntad de mejorar la calidad educativa y del bienestar del alumnado”. En ningún caso, dicen, se han convertido en una institución “sectaria”, como sí han manifestado las familias.


