El tema ha salido en todos los medios locales e incluso ha recibido una declaración institucional en apoyo del Ayuntamiento de Terrassa, en el pleno de octubre. La situación de los 26 vecinos del residencial Els Esquirols de Les Fonts, que podrían quedarse sin luz a principios de octubre por el litigio que mantienen con la constructora Ecoflat HG, está pendiente ahora de las pruebas que está realizando la compañía Endesa para poder soterrar las cinco líneas de media tensión de la urbanización y sustituir así los dos contadores provisionales. Algo que podría producirse en el primer trimestre de 2026, pero que seguirá pendiente de quién paga la infraestructura, si los vecinos o la constructora, y que también implica al Ayuntamiento por su compromiso institucional.
Para obtener la versión de la terrassense Ecoflat, hemos hablado con su administrador general y su gerente, que por cuestiones personales han preferido no revelar sus nombres. «No solo soterramiento», nos precisa el administrador general. «Por un lado, hay un trabajo de soterramiento, de media tensión, y, por otro, hay los trabajos de baja tensión y todo se ha ido haciendo dentro de las posibilidades económicas de la compañía, que ha ido adelantando el dinero con la finalidad de poder recuperarlo después por parte de los clientes», explica el máximo responsable de la empresa. «Hace unos meses, hacia junio, julio, comenzamos a pedir a cada vecino comprador lo que les correspondía por la conexión provisional y, entonces, se produjo esta negativa de pago», relata.
Una nueva conexión eléctrica en tres fases
El enfrentamiento estalla a la hora de interpretar las obligaciones de los 26 propietarios, que firmaron un contrato como promotores en el que se incluía que se harían cargo de todas las conexiones a los servicios, así como las tasas municipales, mientras Ecoflat limitaba su papel a constructora, a pesar de que se encargaba de solicitar las licencias de obra en su nombre. Hay una segunda fase, más arriba, de otras 12 casas, en la calle Rossinyol, en proceso de ejecución, con las cuales hay entendimiento con Ecoflat y los propietarios han pagado los gastos de la futura conexión.
En este sentido, la constructora ha decidido dividir los trabajos de conexión eléctrica en tres tramos para avanzar con los vecinos con los que hay entendimiento. Hay un primer tramo, el de más arriba al que se le añaden más casas para totalizar 16, donde los trámites avanzan más rápidamente. Y otros dos, de 10 y 12 casas, que corresponden a la calle dels Esquirols y el camino de Can Corbera, donde visiblemente será difícil el acuerdo. «Lo hemos desdoblado en estos tres tramos para comenzar a dar suministro en las diferentes casas», avanza el administrador.

«Estamos pendientes de una última prueba por parte de la ingeniería de Endesa», precisa recordando que, después, «dependerá de los vecinos» que haya un acuerdo con la compañía eléctrica para que «se puedan afrontar estos pagos finales, sobre todo en los tramos 2 y 3». Es decir, en el sector del residencial donde hay el enfrentamiento y donde 22 familias consideran que es la constructora quien debe hacerse cargo de los gastos, calculados en conjunto en medio millón de euros, con una media de 12.700 euros cada una. Si el tema se desbloquea, la instalación definitiva, según los responsables de Ecoflat, se podría realizar en el primer trimestre de 2026.
Unas pérdidas de más de dos millones de euros
Pero las disputas se remontan al hecho de que Ecoflat estaba pagando desde el primer día los recibos de la luz y parte de la futura instalación a Endesa mientras efectuaba la construcción y los vecinos llegaban a las casas, a partir de 2021, y el pasado septiembre decidió dejar de hacerlo. Los jefes de la empresa calculan que son 40.000 euros en recibos y 250.000 en infraestructura. La covid y las gestiones administrativas urbanísticas con el Ayuntamiento también lo fueron retrasando.
En el momento de anunciar la pasada primavera que no se pagaría más a Endesa, eran 17 familias las que no lo habían hecho nunca y cinco las que dejaron de hacerlo, según estos directivos. Desde principios de octubre, sin embargo, todas estas familias sí que pagan directamente el recibo a Endesa. «No hay interlocución con los vecinos, y el contacto se hace a través de los abogados», reconoce el administrador. «La relación con el Ayuntamiento siempre ha sido buena para intentar rematar este tema lo antes posible, pero nosotros no tenemos esa capacidad económica de continuar asumiendo los gastos», afirma.
Por su parte, el gerente de Ecoflat cifra, exactamente, en 2.200.000 euros lo que la sociedad ha perdido en esta urbanización. La más ambiciosa hasta ahora de esta constructora en toda Cataluña. Las casas, explica, se vendieron a 249.000 euros. «Con este precio es imposible que pudiéramos incluir estos soterramientos de líneas eléctricas», advierte. «Son casas de 175 metros, aunque en el proyecto inicial eran de 145 metros, pero las ampliamos con unas bodegas más grandes», precisa, haciendo el cálculo de que con los soterramientos el precio se hubiera ido a los 350.000 euros y que, ahora, se pueden vender por 400.000.
La posibilidad de recomprar las casas
Y, de hecho, revela que Ecoflat está dispuesto a recomprar las casas, «a través de inversores» con los que cuenta la misma compañía. «Todo el que no esté contento con la casa, estamos en condiciones de comprarlas más los gastos que haya tenido», anuncia, en referencia también a las quejas por defectos estructurales que hayan podido aparecer y que considera corresponden al porcentaje habitual en estas construcciones y que se ha atendido en cada ocasión.
Ahora bien, las informaciones salidas en la prensa confiesa que les han pasado factura. «Hay proyectos que teníamos que se han caído», explicita el gerente. «En Terrassa y fuera de Terrassa, porque se ha hecho publicidad a nivel de todos nuestros contactos en las redes sociales», se queja añadiendo que también le ha afectado en su círculo empresarial y que, para poder sacar adelante el residencial Els Esquirols, hace un año y medio que no cobra dentro de una compañía de unas cuarenta personas. Esto explica, añade, que una de las empresas del holding haya quebrado.
Al mismo tiempo, el gerente denuncia «chantaje» por parte de los vecinos cuando, en mayo, le pusieron una denuncia por coacciones a pesar de que, recuerda, los Mossos d’Esquadra la archivaron justo el mismo día. Sus abogados recalcan que, hasta ahora, no hay ninguna demanda formal contra Ecoflat.
La comunicación con el Ayuntamiento y la declaración institucional
En este contexto, la declaración institucional del Ayuntamiento en apoyo de los vecinos y la visita antes en persona del alcalde, Jordi Ballart, el 4 de octubre cuando, en principio, Endesa les iba a cortar la luz al día siguiente por impago, se considera parcial por parte del equipo de abogados de la compañía. «Cuando vimos que los vecinos tendrían este protagonismo en el pleno del Ayuntamiento, nos pusimos en contacto y nos respondieron que lo llevaban los servicios jurídicos», explica el abogado Joaquim Fàbregas. «También queríamos ir porque nosotros representamos una serie de vecinos que están contentos, son cinco unidades sobre la veintena que se quejan, un 20%, y nadie nos ha dicho nada», lamenta.

En su caso, el administrador de Ecoflat hace valer la comunicación permanente con los técnicos de urbanismo, aunque en estos momentos no hay comunicación política. «Cualquier técnico del Ayuntamiento, cualquier representante, siempre que me ha llamado aquí al despacho se le ha devuelto la llamada al momento», subraya. Por otro lado, recientemente sí que se ha producido una reunión con la asociación de vecinos de Les Fonts. «Siempre hemos tenido muy buena relación con la asociación, porque ha sido un monstruo de obras», no oculta el administrador. «Se ha creado un residencial de raíz en la montaña, se han generado molestias a los vecinos y tenían mi teléfono directo para cuando había un camión que molestaba, algo que se deterioraba, una valla mal colocada», enumera. «No somos especuladores, no somos estafadores», acaba recalcando el jefe de Ecoflat.

