Dos gemelos andaluces pero residentes en Terrassa se presentaron al programa de la
Ya de entrada afirmaban que era mucho de la fiesta y que esto de ligar «no se nos da mal». A pesar de que normalmente salen por separado, no han dudado a decir que cuando se juntan «se arma parda», incluso «intercambiando parejas». Los dos pero han tenido experiencia en esto del amor de larga duración, uno ha estado casado, el otro no pero sí que ha tenido pareja durante bastantes años.
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Manolo y Ana, bailar juntos arriba de un podio une mucho
First Dates les ha buscado una mujer a cada cual para ver si triunfaban esta vez. Primero, ha aparecido Ana, que también ha hecho valer sus dotes de «ligón» mientras conversaba con los dos hermanos para ver con quién se decidía. Conversando, ha sido Manolo quien ha tenido más suerte y todo por una casualidad, habían coincidido en una fiesta. «Tú eras el que bailaba en un podio y yo estaba a tu lado!», ha exclamado. A partir de aquí, ya quedaba claro con quién de los dos continuaría la cita.
La cena ha empezado tanteando el terreno, con risas y algunas confesiones. Ella le ha dicho que tenía dos hijos. Él, un gato persa. Esto no le ha hecho gracia porque «les tengo manía, y no quiero un gato ni de oro». A Manolo no le ha importado, ha continuado encantado de la vida con Ana. Pero ella le ha vuelto a dar un vistazo y ha creído que no era su tipo, «demasiado bajito y delgado», aun así ha confesado que le ha transmitido «mucha alegría y energía» y esto ha sido positivo.
Así que a pesar de que de entrada no parecía que ella fuera recíproca al entusiasmo mostrado por el terrassense -que ha dicho que estaría dispuesto a ir en patinete donde fuera para verla-, poco a poco lo ha ido convenciendo, hasta el punto que en la decisión final, ha decidido que sí, que merecía la pena tener una segunda cita con Manolo.
Antonio y Susana: ella le cierra la puerta porque no vota a VOX
Mientras su hermano se lo pasaba bien, Antonio ha conocido Susana, una mujer que reconocía tener un pasado «complicado y oscuro» pero que ahora «soy guay y divertida». La primera impresión ha sido buena, le ha gustado los «ojos muy bonitos» del terrassense mientras que él ha pensado que «tiene un cuerpazo, me coge por banda y me destroza en dos días, le duro tres asaltos».
El sexo se ha convertido en el protagonista de la velada porque para ella «es el 99% de una relación», y por eso ha sido directo y le ha preguntado cuántas veces Antonio lo podía hacer en un día. Él no ha sido modesto y ha dicho que «tres», pero que necesitaba su tiempo para coger fuerzas entre uno y otro porque «como que no tengo grasa, me quedo sin líquido y pierdo fuerza». El sentido del humor de uno y otro no acababa de encajar.
El terrassense se ha puesto serio cuando le ha dicho que su relación se rompió durante la pandemia y ella le ha vuelto a sacar el sexo, «normal, la única forma de pasar el encierre era follar todo el rato». Él intentaba seguirle el ritmo pero ella ya veía que no estaban al mismo nivel. De hecho, Susana le ha lanzado uno «eres corto y no lo pillas», y él se ha enfadado. «No soy corto», le ha dejado muy claro, pero sí que le ha confesado que seguramente no tiene el carácter que ella estaba buscando.
La cosa se ha acabado de torcer cuando él le ha dicho que salía mucho de fiesta, «en Terrassa lo doy todo». Esto la ha puesto a ella alerta y le ha dicho si era independentista porque «a mí me tiene enamorada Abascal y soy de VOX». Esto ha cogido descolocado Antonio que le ha respondido que «paso de la política». Ha sido una confesión definitiva. Sin ser de VOX, ella le ha hecho el borrón y cuenta nueva, y más cuando ha sabido que todavía vivía con su madre, «ya tiene los huevos negros para vivir con la mama».
Los xupitos no se los han dejado perder, ni tampoco las fotos, pero ya han visto que no tenían nada a hacer. Él le ha dejado la puerta abierta a una amistad, pero Susana le ha dicho que no lo veía por una relación porque era «demasiada manejable». Y así se ha puesto punto y final.
