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Cartuja de Vallparadís, un castillo maldito y con fantasmas?

El castillo-cartuja de Vallparadís está maldecido y por sus aposentos se mueven fantasmas? Esto defiende un instagramer, digar_productions. «Hoy hablamos de un majestuoso castillo ubicado en la ciudad de Terrassa. Tiene una historia oscura detrás y varios episodios trágicos. Los cuales le han hecho ganar el sobrenombre de «Castillo embrujado» o «Castillo encantado», puesto que se llama que a su interior hay un fantasma maligno que acecha a las personas». Misterio, mito, leyenda o exageración? Dais un vistazo al video y extraéis vuestras conclusiones.

La primera referencia es del siglo XII

La primera noticia de la construcción de una fortificación cerca del torrente de Vallparadís fecha de principio del siglo XII. Berenguer Sanlà y su esposa Ermessenda adquirieron a la cuenta de Barcelona, Ramon Berenguer III, la propiedad donde construyeron su residencia señorial.

El castillo formaba parte de una cuadra, territorio con jurisdicción propia, que contaba con una casa fuerte, un número de fuegos reducidos y un señor con derechos limitados por el poder de otro superior. Los detentadores de las cuadras solían ser, en los siglos XII y XIII, feudatarios de los señores de rango superior, por lo cual eran considerados caballeros y disfrutaban de cierta autonomía.

Pequeña extensión de tierras de cuatro kilómetros de longitud y de una anchura reducida e irregular

La cuadra de Vallparadís comprendía una pequeña extensión de tierras de cuatro kilómetros de longitud y de una anchura reducida e irregular. Se encontraba localizada al este de las Iglesias de Sant Pere, entre el torrente del mismo nombre y la actual riera de Las Arenas. Según Salvador Cardús, nació con Berenguer Sanlà y contaba con ocho fuegos. Después de la peste negra (1359) solo restaban cuatro.

El castillo perteneció a familia Sanlà, que adoptó el apellido de «Terrassa», hasta el 1344.

Castell Cartuja de Vallparadís
Castell Cartuja de Vallparadís | Marta Maseras

Blanca de Centelles, hija de Bernat de Centelles y Zahorí de Terrassa, mandó construir el cortijo de la Castlània (inicio s. XIV), residencia del recaudador del impuesto de la Castlània y posteriormente, de las rentas de la cartuja. El edificio presentaba una torre circular adosada en la masía decorada con elementos góticos.

El 1345 Blanca de Centelles cedió sus dominios de Vallparadís a la orden religiosa de la cartuja de Escaladei y de su filial de Sant Pol de Mar. El castillo se convirtió en monasterio cartujo conocido con el nombre de San Jaime de Vallparadís. La celda era el principal núcleo de la vida monástica pero además requería otros espacios. Realizaban una plegaria diaria en la iglesia interior, reuniones eventuales en la sala capitular y una comida semanal comunitaria al refectori. Según la regla cartuja los monjes tenían que hacer vida eremítica, basada en la oración, la meditación y el trabajo en solitario.

Este periodo disfrutó de gran prosperidad gracias a la actividad agrícola y ganadera practicada por los hermanos y sus familiares. Los cartujanos abandonaron el castillo en el siglo XV y se trasladaron a la nueva sede de Montalegre de Tiana.

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