Càritas Diocesana de Terrassa ha presentado esta semana su memoria 2024. En el resumen del año pasado, la entidad denuncia el incremento del subarriendo en condiciones precarias como uno de los problemas más graves que afectan actualmente a las personas que han acompañado en las comarcas del Vallès Occidental y Oriental.
Según datos de la memoria, casi 1 de cada 3 personas atendidas (31,9%) viven en régimen de subarriendo, «a menudo sin contrato ni garantías legales, lo que genera inseguridad, tensiones de convivencia y vulneración de derechos básicos», alertan desde Càritas. Entre las situaciones más habituales se denuncian restricciones de uso de servicios esenciales como la cocina, la lavadora o el baño.
En este sentido, afirman que estas condiciones impactan directamente en la salud mental y física de las personas afectadas, especialmente en familias con niños. «Más del 25% de las personas atendidas por Càritas son menores de edad, a menudo sin espacios adecuados para estudiar o jugar, sin incomodar a las otras personas que viven en el piso», recalcan. Asimismo, Càritas también advierte que el marco legal actual «no protege la mayoría de las situaciones de subarriendo, ya que a menudo se realizan en la economía sumergida, sin contratos». «Esta circunstancia impide a las personas reclamar condiciones dignas e imposibilita el control efectivo del mercado», añaden.
La inserción laboral y el apoyo a la infancia y a los mayores como prioridades de Càritas
En cuanto al ámbito laboral, Càritas ha acompañado a más de 800 personas a través de itinerarios personalizados. En paralelo, el programa de infancia, adolescencia y familia ha fortalecido los espacios de acompañamiento educativo y familiar. También se han impulsado talleres de competencias digitales para niños y adolescentes, y se ha dado a conocer la LOPIVI a los agentes de Càritas, para garantizar entornos seguros y protegidos para niños y adolescentes.
Asimismo, entre las iniciativas destacadas de 2024, Càritas menciona el proyecto Grandes Momentos, que ofrece acompañamiento a personas mayores, al mismo tiempo que promueve el voluntariado juvenil y experiencias intergeneracionales. Esta iniciativa ya ha sido implantada en municipios como Sabadell y La Garriga y «construye vínculos que humanizan la relación entre generaciones y rompen el aislamiento», aseguran desde la entidad. Otro de los proyectos destacados por Càritas ha sido reforzar el sistema de tarjetas monedero, una herramienta que permite hacer compras en comercios de proximidad con el objetivo de favorecer el tejido económico local y evitando la estigmatización.