Hace poco más de un mes que el nuevo Síndico de Greuges de Terrassa, Mustafa Ben El Fassi, tomó posesión del cargo. Educador social de profesión, Ben El Fassi hace 28 años que llegó a Cataluña procedente del Marruecos para acabar su tesis doctoral en la Universitat de Barcelona (UB) y hace 21 años que vive en Terrassa.
Se considera un activista reivindicativo por los derechos y libertades de las personas, ha participado ampliamente en el tejido asociativo de la ciudad y ha estado presidente de entidades como la Asociación Cultural Musulmana. En una entrevista con
Hace poco más de un mes que es el Síndico. ¿Con qué motivación presenta su candidatura para asumir este cargo?
Me considero un activista al defender los derechos y libertades de las personas. Y creo que la figura del Síndico es muy importante aquí en Terrassa. Integrar es compartir la responsabilidad y este cargo es una forma de practicar de forma activa la ciudadanía al lugar donde he vivido durante 21 años. El míos hijos se sienten terrassencs y aquí tenemos un tejido social importante para trabajar. Mi guía en este sentido es la Carta Europea de Salvaguardia de los Derechos Humanos.
Su candidatura tuvo el apoyo de todo el consistorio. ¿Cómo valora que hayan depositado la confianza en usted?
Me siento muy agradecido a la ciudadanía, a los agentes sociales, entidades, ONGs y partidos políticos; por la confianza que han depositado en mí.
Cuando llega a su despacho, ¿qué situación encuentra en la ciudad?
En este sentido agradezco mucho la síndica Isabel Marquès, que me ha hecho un buen acompañamiento, sobre todo los primeros días, y un traspaso excelente de los expedientes.
¿Expedientes sobre qué problemáticas? ¿Qué casos se han tratado estos días?
Hay una gran variedad de temas que preocupan la ciudadanía y que reconozco que son muy complejos. Mi voluntad es trabajar estas circunstancias con el ayuntamiento y con las autoridades competentes. Hace falta el esfuerzo de todos para tomar decisiones valientes.
Me preocupa la situación de las personas grandes, que en muchos casos se sienten desamparadas por su propia familia y las instituciones. Necesitan una atención muy especializada y también he visto que sufren muchas estafas. Las residencias no son competencia del Síndico, pero hay muchas personas grandes que viven en una situación complicada. Tenemos que cambiar lo
Por otro lado, he encontrado personas grandes a las que se los han denegado la T-Blanca por haber superado el rango de ingresos por un mínimo, a pesar de que no son ni mucho menos personas adineradas, sino con situaciones de vulnerabilidad. El coste de la vida ha subido mucho, y superar el rango por 30 € no es motivo para denegar el acceso a la T-Blanca.
También me preocupan las personas que ven vulnerados sus derechos a acceder a una vivienda digna, a tener unos ingresos mínimos y a un suministro de recursos básicos. En este sentido, estos días me he encontrado algunos casos de desahucios y de vulneración de los derechos de los menores.
Me preocupa la situación de las personas grandes, que en muchos casos se sienten desamparadas por su propia familia y las instituciones
¿Ha hecho alguna actuación de oficio?
Aún no. De momento estoy aprendiendo. Además, falta poco por las elecciones municipales, así que en este momento creo que no toca.
¿Qué resultados está obteniendo abordando estos casos?
De momento muy buena reacción de los directores de Servicios de la administración y de los regidores. Me siento muy bien tratado, con profesionalidad.
¿Como Síndico de Greuegs siente que el órgano tiene suficientes competencias y fuerza para instar a poner solución a estos problemas?
Terrassa es pionera en los Derechos Humanos, y el Síndico lleva mucho tiempo aquí en la ciudad que en otros lugares de Cataluña. La figura del Síndico es de radiografiar qué está pasando en la ciudad, para advertir la administración de que está pasando si hay algo que no va bien. Es un espejo que facilita la tarea a la administración. Y cuando hay casos donde la población ve vulnerados sus derechos, la administración tendría que reaccionar con rapidez y excelencia. Podemos hacer recomendaciones, pero nada vinculante.
Es educador social y tiene mucha experiencia en asociaciones. ¿Esto determina su tarea y su mirada sobre los problemas de la ciudadanía?
Me da un valor añadido muy positivo. Esta experiencia es rica y facilita mucho la relación con entidades, personas, agentes sociales y asociaciones de todos tipos. Terrassa es una sociedad muy dinámica, con muy tejido asociativo con el que tengo relación.
La figura del Síndico es un espejo de la población que facilita la tarea a la administración
¿De donde viene esta vocación para participar en las cuestiones sociales?
El ámbito universitario genera una energía brutal. Viví todos estos movimientos estudiantiles en la universidad, desde que estaba en el Marruecos y después aquí fui miembro activo en colectivos como la Asociación de Estudiantes Marroquíes en Cataluña. Es un mundo que me echa mucho, desde siempre. Quizás es que he nacido con la reivindicación adentro [río].
¿Qué legado quiere dejar? Ya sea como activista, trabajador social o Síndico.
Yo seguiré colaborando siempre con los siguientes Síndicos y en asociaciones. Cómo dicen los antropólogos, los movimientos sociales son dinámicos y la sociedad cambia y se actualiza. Yo lo haré también.
¿Algún deseo por la ciudad?
Una ciudad pionera en los derechos humanos y un ejemplo por el resto de Europa. Tenemos muy potencial y deseo que los políticos acompañen este deseo con sus ordenanzas.
