A finales del siglo XIX, se llevó a cabo una rehabilitación de la zona alrededor de la plaza Vella. Según nos recuerda Santi Rius en su blog Records de Terrassa, fue el 31 de mayo de 1894 cuando el Ayuntamiento decidió construir cinco barraquitas (se pueden ver a la derecha de la imagen, en la cual también se puede disfrutar mucho mejor que en la actualidad de la Torre del Palau). ¿Te lo imaginas ahora en pleno siglo XXI?
El objetivo era tapar las ruinas ocasionadas en la demolición de las antiguas casas del Castell. Sin embargo, fue el 15 de julio de 1894 cuando se empezaron a instalar en la plaza Mayor estos cinco quioscos de alquiler, destinados a puestos de venta y para la inspección de gallinas. En este espacio, posteriormente se construyó el «nuevo café Colón» que se inauguró el 20 de noviembre de 1927.
El Café Colón
Este edificio estaba situado en la manzana donde estaba el Castell de Terrassa, del cual se conserva la torre del homenaje, conocida como la Torre del Palau. Las casas del Castell, tal como se conocían, fueron demolidas en 1891 y en 1893 se construyó el Café Colón, de planta baja y con una gran portalada neoclásica, y al lado izquierdo, hasta llegar a la calle Cremat, en 1894 se levantaron cinco barraquitas o quioscos de madera para uso comercial. Antes, en este mismo lugar hubo un café llamado Español, que en 1893 fue remodelado por Lluís Muncunill por encargo de Jaume Casamada y Josep Fatjó y cambió el nombre por el de Café Colón, un pequeño espacio de estilo ecléctico al que se accedía por un gran arco de medio punto.
El café funcionaba como un casino, y en las dependencias superiores había las diferentes secciones de socios, con los billares y una sala de cine. El edificio fue adquirido para instalar la Ferretería Puigmartí, que ocupa la mayor parte; la esquina con la calle Cremat alojó un bar durante muchos años, el Nou Cremat.