No han pasado tantos años a pesar de que lo parezca. Estamos hablando de los inicios de los años 70 y de una de las grandes avenidas que tiene actualmente nuestra ciudad. Entonces ya era uno de las calles más transitadas y que conectaba la parte norte.

Este tramo del cinturón perimetral fue proyectado por el arquitecto Melcior Vinyals en 1930 y une la avenida del Abad Marcet con la de Barcelona. Exacto, estamos hablando de la avenida de Jaume I. Su trazado separa el barrio de Sant Pere y el de Sant Pere Nord.

Según nos explica el historiador Joaquim Verdaguer en su blog, antes había llevado los nombres de calle 49-A, Gran Vía NE, 6 de octubre… Hasta que el 19 de febrero de 1936, el Ayuntamiento de Terrassa aprobó asignarle el nombre de Jaume I. La relación de este ilustre personaje con la ciudad de Terrassa viene dada para ser propietario del Castell Palau donde hizo estancia en 1223,1242 y 1274, y también, por los privilegios que otorgó a la villa de Terrassa.

Unos campos de olivos

La avenida antes de urbanizarse eran campos de olivos al paso del Torrent Monner que iba de norte a sur. Toda la zona hasta la riera de las Arenas era conocido como el Pla de les Arenas. Las primeras casas se construyeron en la vertiente derecha del torrente, donde se bifurcaban los caminos de Castellar y el de Can Petit, lugar que será la futura plaza de Andalucía. Desde este punto hasta la carretera de Castellar se conserva las directrices sobre su anchura marcada en el Plano Urbanistíc de Melcior Vinyals. Desde la plaza y en dirección hacia levante era un pequeño camino recto que llevaba, por los últimas de la Electra, al paso a nivel de la carretera de Castellar. Como camino estaría activo hasta los años 70. Su transformación en avenida, en este segundo tramo vino precedida por la la instalación en su recorrido de concesionarios.

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