Auge y decadencia del Hostal Egara de Terrassa. Su cierre no hizo ruido. Pocos prestaron atención a la desaparición de una de las pensiones más antiguas de nuestra ciudad. Y esto que se encontraba en uno de los lugares con más tráfico de Terrassa. Los carteles azul llamativo que anunciaban que allí había un hotel de una estrella se hicieron fundibles, a pesar de que durante un tiempo quien se fijaba todavía podía ver en algunos de los balcones los carteles anunciando «zimmer» o «rooms».
Hablamos del Hostal Egara, ubicado en la calle de Azcàrate de Terrassa
Hablamos del Hostal Egara, ubicado en la calle de Azcàrate -a pesar de que su puerta principal estaba a la misma carretera Moncada- que se construyó en 1973, fruto del boom de los años 60 de la industria textil y el constante movimiento de viajantes, comerciantes y montadores. Desde entonces había funcionado de manera ininterrumpida hasta el 2014. Entonces, este establecimiento familiar cerró las puertas. Parecía que tendría que ser para siempre jamás, pero no, dos años más tarde, en 2016, reabría sus puertas con reformas dentro del edificio.
El retorno fue efímero puesto que motivos personales forzaron de nuevo lo cierre
Desgraciadamente, el retorno fue efímero puesto que motivos personales forzaron de nuevo lo cierre. Han pasado ya unos años, y el Hostal Egara se ha convertido en apartamentos. Las habitaciones -de decoración clásica, sencilla pero con luz natural- antes ocupadas principalmente por trabajadores de empresas de la zona, que hacían estancias más o menos cortas, pasaron a ser el lugar de residencia de ciudadanos que no se pueden permitir pagar grandes alquileres pero quieren estar muy comunicados (a pocos minutos de la estación de FGC y de la autopista C-58 y C-16). Se cerró la zona común, donde un televisor permitía crear rescoldo mientras los clientes se reunían, y ahora solo se puede acceder en el edificio por la entrada de la calle Azcàrate. El Hostal Egara pasó a mejor vida.