Caminando por las calles del Antic Poble de Sant Pere se observan catorce nuevas placas que recuerdan los nombres históricos de las calles. Plaza de la Església, calle de Sant Marià, o camino del Sagrament, su algunos de los nombres de las calles del pueblo antes de que quedara anexionado a Terrassa en 1904, y que ahora, con un proyecto de memoria hisòrica, se han querido recuperar. De hecho, se trata de un doble iniciativa, puesto que no solo se han colocado placas de calles, sino también nombres históricos de casas.
El proyecto se ha presentado esta tarde de jueves en el mismo barrio. Han asistido Jaume Rosset, presidente de la Asociación de vecinos del Antic Poble de Sant Pere y responsable del proyecto; Aureli Roche, artesano que ha confeccionado las placas y miembro de la Junta de la AVV; y Pep Forn, regidor de Turismo.


Catorce placas para recuperar los nombres históricos del Antic Poble de Sant Pere
Cuando el pueblo quedó anexionado en Terrassa en 1904, se tuvo que resolver la coincidencia entre los nombres de las calles de la villa y los del pueblo. Los nombres que se modificaron fueron los de Sant Pere: La calle Major pasó a ser lo calle Major de Sant Pere, la plaza de la Església se convirtió en la del Rector Homs, la calle Sant Marià a calle Alcalde Parellada, la calle Montserrat a Bonaventura Castellet, la plaza de la Creu se convertía en la placeta de la Creu, la calle del Nord en la carretera Matadepera, y la calle Sant Llorenç en el calle Llibertat.
Así pues, se ha llevado a cabo un ejercicio «de identidad» para recordar estos antiguos nombres. Las catorce placas cuentan con el mismo diseño que las de aquella época, y recuerdan once nombres, puesto que tres placas se encuentran doblemente repetidas, una en cada punta de la calle (la de la calle Major, el camino del Sagrament, y la calle Camí de Montserrat).

Todas ellas se pueden encontrar paseando por las calles del barrio, pero cuatro están ubicadas por encima del paseo Vint-i-dos de Juliol, puesto que anteriormente el pueblo de Sant Pere llegaba hasta la calle Ponent.


Rosset ha expuesto que con esta iniciativa, surgida de la propia gente del barrio, quiere recordar «que teníamos una identidad» y ha valorado que «a día de hoy tenemos la suerte que la gente del barrio ha mantenido este espíritu«.
Hay que aclarar que estas placas, financiadas por el Ayuntamiento, no alteran al nomenclador: «No se trata de sustituir, sino de complementar», ha recordado.
Más de unas setenta casas recuperan sus nombres
Por otro lado, también se ha hecho un trabajo por recuperar nombres históricos de algunas casas. Los vecinos que lo han querido, de manera voluntaria y costeado por cada ciudadano, han puesto a su fachada una placa con el nombre de la casa. En este momento, ya hay más de unas setenta casas que tienen su nombre a la fachada: Cal Campaner, Cal Puça, Cal Roca Llarg, Cal Fideuer, Cal Burro Gros, Ca l’Armer, Ca l’Eixut, Cal Boter, Cal Sastre, Cal Cisteller, Cal Matalasser o Ca la Peixatera, por ejemplo.




