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Ajornado el desalojo de una mujer vulnerable en Terrassa: «Su vida está aquí»

Mañana de muchas emociones y mucha tensión en la avenida Béjar de Terrassa. A las 12 del mediodía estaba prevista la llegada de la comitiva judicial para hacer efectivo el desalojo de una vecina del bloque de pisos del número 47. A pie de calle, en la puerta, decenas de personas se han reunido para apoyarla e intentar hacer presión para detenerlo. Dos dotaciones de la Policía Municipal de Terrassa, enviadas por el Juzgado, esperaban pacientemente que llegara la comitiva judicial.

Y, allí, en medio de todos, Conxi y su hijo Víctor, pendientes de lo que ocurría y de si el abogado y los mediadores del Ayuntamiento de Terrassa conseguían hacer algo. Cerca de las doce y media se presentó la secretaria judicial y, discretamente, comenzaron las conversaciones. Finalmente, la familia recibió la buena noticia: el desalojo se detenía. Los aplausos inundaron ese trocito de avenida, también las lágrimas y las risas. Eso sí, se trata de una moratoria, y ya se ha fijado una nueva fecha de lanzamiento: el 21 de enero de 2026.

La lucha, entonces, no acaba aquí. Comienza la cuenta atrás para lograr que a Conxi se le restituya el piso que ha perdido. «No nos detendremos, lucharemos hasta el final y haremos todo lo que sepamos y podamos hacer», manifestó Víctor Ramírez a MónTerrassa, tras agradecer a todos su ayuda y apoyo.

Los vecinos se han reunido frente al piso para hacer presión para detener el desalojo de Conxi | Lluïsa Tarrida

Del peligro de invertir en criptomonedas

La historia de Conxi se remonta a diciembre de 2022, cuando perdió a un hijo. Ese mismo año, el otro hijo, Víctor, se había ido a vivir al Valle de Camprodon. La mujer, divorciada, se encontró muy sola. Con 66 años y una discapacidad mental reconocida del 33%, cayó en una depresión y buscó ayuda en internet. Fue así como encontró un anuncio sobre inversiones en criptomonedas. Se puso en contacto con una empresa y comenzó invirtiendo 250 euros.

«Pero ella confía en todo el mundo, así que cada vez que la llamaban diciéndole que tenía que invertir más si quería sacar lo que tenía invertido, ella lo hacía. Le clonaron incluso el móvil, le robaron los datos bancarios, le hicieron pedir un préstamo… y todo eso porque le decían que la única manera de recuperar el dinero era invirtiendo más», relata Víctor. Pero llegó un momento en que ni el banco ni las entidades de crédito le daban más dinero.

Y entonces, de repente, la llamaron unas personas y le dijeron que la podían ayudar. «Le dijeron que le prestarían 20.000 euros para pagar las deudas, pero que los tenía que devolver en menos de cuatro meses, y con unos intereses añadidos que sumaban 38 mil euros. Una locura. La trampa es que después le dijeron que si no los podía devolver, que no se preocupara, que ya buscarían la manera», lamenta. Y la manera fue llevarla un día al notario de Barcelona y hacerle firmar la cesión de los poderes notariales y la venta del piso. Todo un entramado que Víctor no sabía y que fue mucho más tarde cuando se dio cuenta de lo que había pasado.

Víctor con todas las pertenencias de su madre en un trastero, pendiente del desalojo | Lluïsa Tarrida

Eso fue en noviembre de 2023. En febrero de 2024, Conxi se encontró con que le era imposible devolver el dinero, así que se activó la cláusula de venta del piso. Ellos le buscaron el comprador, y la vivienda se vendió por 105.000 euros, muy por debajo del valor de mercado. De ese dinero, la mujer recibió la mitad -que terminaron desapareciendo por la estafa de las criptomonedas-, el resto se lo quedaron los intermediarios para «saldar deudas».

El comprador llegó a un acuerdo, a través de los intermediarios, para poner el piso en alquiler de 1.100 euros mensuales a Conxi. Ella, sin embargo, no llega ni a los 800 euros de pensión. «¡No pudo ni pagar la fianza que le pidieron! No entra en la cabeza de nadie, pero la bola de endeudamiento volvió a comenzar» exclama Víctor. No pudo hacer frente a las cuotas del alquiler y se inicia el procedimiento de desalojo.

El día 2, declaraciones por el juicio por estafa

A principios de abril de 2024, la familia fue a los Mossos d’Esquadra e interpuso denuncias por estafa a la empresa de criptomonedas, a los intermediarios, contra el notario y contra el comprador. «Pero la justicia en estos casos va muy lenta. Hay una investigación policial y un proceso judicial abierto. El día 2 de octubre mi madre tiene que ir a declarar, también los investigados están citados en el juzgado. Veremos qué pasa», relata a MónTerrassa.

De momento, el desalojo ha quedado detenido, pero las negociaciones y todos los procesos judiciales continúan en marcha. Víctor se muestra preocupado sobre qué pasará con su madre si se acaba haciendo efectivo el desalojo. «Me la llevaré a Camprodon, me la puedo llevar a mi casa, pero su rutina diaria se verá rota, su hermana, los tíos, los amigos y vecinos. Lo perderá todo, y no sé cómo podrá asumir y gestionar eso. Su vida está aquí, en Terrassa. Ir conmigo unos días le puede servir para salir de esta pesadilla, pero después ¿qué? ¿Se adaptará? Es muy difícil…», confiesa Víctor, que sufre porque en el último mes, sabiendo que se acercaba el día del desalojo, tuvo más de un susto de salud con su madre.

Los vecinos celebrando que se ha detenido el desalojo de Conxi | Lluïsa Tarrida

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