Este martes 16 de enero, en la sede del Rotary Club de Terrassa, Adrià Fortet ha hecho una conferencia sobre el conflicto Israel – Palestina. Adrià Fortet (Terrassa, 1994) es doctor en Historia Contemporánea, Política y Social por la UAB, máster en Historia Contemporánea por la UAB y es autor de varios libros además de haber participado en muchos seminarios.
Su investigación está centrada en las relaciones internacionales y en el conflicto del Oriente Medio y ha dado una charla al Rotary de Terrassa con el título:
Entre muchos temas ha hablado del fracaso de la apuesta unilateral de Sharon, del impacto de la Primavera Árabe, de las topadas entre Netanyahu y Obama, de los Acuerdos de Abraham y de la grave crisis sociopolítica que ha afectado Israel en los últimos años. Desde que Israel se retiró de la franja de Gaza el 2005, ha habido molidas operaciones militares contra Hamás, guerras controladas en que Hamás muestra su capacidad para desafiar Israel para conseguir mejorar las condiciones en Gaza o arreciar su liderazgo ante la Autoridad Nacional Palestina (ANP) de Mahmud Abbas.
Es interesante de ver los cambios en la estrategia de seguridad de Israel. Los años 80 y 90, Israel piensa en una solución de dos estados, pero se da cuenta después del 2000 y la segunda intifada que las concesiones que está dispuesto a hacer son muy inferiores a las que los palestinos reclaman. Las élites israelíes piensan en una alternativa, que es la unilateralidad. Israel dice: nos retiramos de los territorios de mayoría palestina que son difíciles de gestionar, preservamos unos territorio fácil de defender y donde tengamos una clara mayoría judía. Es lo que practican con la retirada del Líbano el 2000 y lo vuelven a hacer con la retirada de Gaza en 2006.
Es interesante de ver los cambios en la estrategia de seguridad de Israel
Pero esto no funciona puesto que el 2006 hay una guerra generalizada tanto en el Líbano con Hezbol·là como con la ANP en Gaza y porque estas milicias de Hamás y Hezbol·là se levantan contra Israel. El gobierno judío entiende que retirarse de un territorio sin llegar a un acuerdo de paz no es una buena idea puesto que estos territorios se pueden convertir en bases de ataques contra Israel. Y cuando Beniamin Netanyahu, que vuelve al poder el 2009, opta por la gestión del conflicto, aprovechando su superioridad militar y piensa que la manera de resolver el conflicto es a través de la fuerza.
Irán es visto como un elemento desestabilizador por Israel, pero también por muchos países suníes porque aspira a la hegemonía en la región. El adalid de estos estados suníes es Arabia Saudí y Netanyahu plantea una alianza para hacer frente a Irán que implique normalizar las relaciones diplomáticas con estos países. Él piensa que una vez esto se haya logrado, los palestinos aceptarán sus condiciones y quizás aceptarán su planteamiento para ir hacia dos estados, pero los palestinos en realidad nunca han renunciado a ocupar los territorios de los cuales fueron desplazados.
Con los Acuerdos de Abraham, los Emiratos Árabes Unidos y Baréin acuerdan relaciones con Tel Aviv, pero Riad duda porque no está seguro que Israel o los EE. UU. salgan en su defensa en caso de crisis. Mucho más cuando ven que Washington negocia con Irán para coronar un acuerdo nuclear. Entonces, el marzo del año pasado plantean una alternativa: garantiza en Arabia Saudí que velará porque Irán no lo amenace a cambio de un acuerdo estratégico con Pekín. Y los chinos consiguen que Riad y Teherán abren relaciones diplomáticas.
Entonces es cuando Biden plantea un tipo de OTAN en el Oriente Medio en que los EE. UU. garantizan la seguridad saudí mientras Arabia Saudí normaliza relaciones con Israel. Ahora pero la reacción de Hamas ha roto los planes y estamos en un punto clave puesto que por un lado ha querido demostrar su fuerza y que el estado de Israel no es tant fuerte y a la vez busca desestabilizar a los posibles aliados de los judíos. Además hay el problema de los refugiados y de sus familiares que según cómo se trate podría cambiar la demografía dentro del territorio que acaben ocupando.
Adrià no ha querido entrar en opiniones personales pero en todo caso ha dejado claro que la imagen del que está pasando no ayuda nada a resolver la situación y que en estas circunstancias los pactos y el apoyo su muy importantes pero también difíciles de defender ante el que la ciudadanía ve a los medios de comunicación. Al finalizar la charla se le ha hecho un obsequio de parte del Rotary Club de Terrassa en agradecimiento a su extraordinaria lección histórica.
