A pesar de que esta imagen fue captada a principios de los años 30 del siglo pasado y que actualmente la zona poco se le asemeja, sí que tenemos un elemento muy distintivo que nos permite situarla. Efectivamente, al fondo de la imagen, vemos un edificio de color marrón claro con un reloj en el medio. Es un edificio particular, que hoy en día prácticamente no ha cambiado. Estamos hablando del Mercat de Sant Pere. A su alrededor, no queda nada de esta zona de campos, descampados y fábricas. La fotografía fue tomada antes de que se urbanizara la calle Ample.
Recordemos que no fue hasta el año 1928 cuando se inauguró el Mercat de Sant Pere en el centro de la plaza del Triomf, en el corazón del barrio de Sant Pere. Fue a partir de este hecho que se intensificó la urbanización y edificación de toda la zona. La situación del mercado en el centro de la plaza del Triomf ha llevado a la confusión sobre su nombre, llamándolo «Mercat del Triomf». También se le había conocido como el «Mercat de Dalt», para diferenciarlo del Mercat de la Independència. La construcción del Mercat de Sant Pere es obra del arquitecto Melcior Vinyals i Muñoz (1878-1938) y tuvo un costo de 169.000 pesetas. Es un exponente de la arquitectura novecentista de Terrassa. Con una nave rectangular de 840 m², estructuras de hierro y un techo de teja cerámica, se diseñó para aprovechar al máximo la luz natural gracias a sus grandes ventanas y espacios abiertos.
De quiosco de carne al gran Mercat de Sant Pere
A partir de la llegada del ferrocarril, en 1856, pero sobre todo con la anexión del pueblo de Sant Pere a Terrassa en el año 1904, el barrio crece hacia el norte a lo largo de la carretera de Matadepera y de la calle de la Llibertat. Y ya en el año 1915, el abastecimiento de víveres del barrio se hacía en un quiosco de venta de carne situado en la plazuela de la Creu. Este quiosco pronto fue insuficiente para un barrio en expansión, a pesar de realizarse una reforma en el año 1918; por eso se decidió construir el Mercat de Sant Pere o Mercat del Triomf. Así fue como el mercado de Sant Pere se inauguró el 8 de diciembre de 1928.
Como curiosidad y para ver cómo ha evolucionado este tipo de equipamientos en la sociedad actual, decir que, inicialmente, contaba con 71 puestos de venta en el interior y 63 en el exterior. Actualmente, sin embargo, el Mercat de Sant Pere cuenta con una veintena de comerciantes, quienes luchan por mantener su función original como mercado de alimentación, con espacios especializados en pescado, carne, fruta, aves y verdura.
