El nombre sí importa. No es lo mismo escribir Terrassa que Tarrasa. Desde hace un tiempo, sectores de la extrema derecha han iniciado una campaña para «recuperar», dicen, el nombre en español de la cocapital del Vallès.
Esta semana, el nuevo intento viene de la mano de la entidad Hablamos Español, que ha iniciado una acción para visibilizar «los topónimos en español que se quieren exterminar». Entre los diferentes carteles que circulan, encontramos el de «Tarrasa», bajo el lema «Tenemos nombres preciosos, utilicémoslos», con una imagen de la plaza Vella para ilustrarlo. Con conocimiento o no, han escogido precisamente un espacio que durante la época franquista se llamaba Plaza de España.

De la ‘lucha’ por que se diga Tarrasa y no Terrassa, nadie se escapa. Ni siquiera VOX, defensor de la lengua española. La formación liderada por Alícia Tomás inició su camino político usando el topónimo Tarrasa, pero pronto, cuando comenzó a ganar relevancia, cambiaron los perfiles bajo el nombre de VOX Terrassa y los hashtags que utilizan también llevan la nomenclatura oficial (por ejemplo, el ya conocido como #laTerrassaDeAlicia).
Esto les causa más de un quebradero de cabeza. No tanto por seguidores o posibles votantes de la ciudad, sino por perfiles y usuarios del Estado, que les reprochan que no usen el nombre «en español». En la mayoría de publicaciones que realizan siempre reciben un comentario en este sentido.

El nombre de Terrassa, desde hace siglos
La ciudad nació con el nombre de Terracia, y evolucionó a Terraça y Terrassa. En el siglo XVI se impuso la forma Tarrasa, hasta que Josep Soler i Palet, a finales del siglo XIX, impulsó la recuperación etimológica de la e: Terrassa. De hecho, como nos recuerda el historiador Joaquim Verdaguer, el primer documento escrito en catalán en nuestra ciudad, que data de 1274, ya aparece con el nombre Terrassa.
Recientemente, se ha demostrado que la forma etimológica más pura sería Terraça, pero la tradición secular de usar la ss ha desaconsejado la adopción de la ç. Es a mediados del siglo XIX cuando se encuentran algunos documentos donde se utiliza el nombre castellanizado de Tarrasa. Sin embargo, es durante la época franquista que esta fórmula se usa de manera general y forzosa.
Después de la muerte del dictador, y gracias a una amplia campaña ciudadana, se logró recuperar el topónimo original de la ciudad. Un nombre que fue ratificado en el Consejo de Ministros del 23 de julio de 1977. Y la Generalitat de Cataluña, en la lista de los nombres oficiales de los municipios de Cataluña del 4 de febrero de 1983, estableció definitivamente TERRASSA como el nombre oficial de la ciudad.