Carlota Menéndez, hasta ahora concejala del PSC en Terrassa, se despidió este pasado viernes del Pleno del Ayuntamiento. Tal como se dio a conocer la semana pasada durante la junta de portavoces, la socialista ha decidido dejar su acta de concejala por motivos personales.
Según explicó la misma Menéndez durante su intervención, «con el paso del tiempo, me he dado cuenta de que mis energías ya no son las que eran y, en los últimos meses, al final del curso pasado, he llegado a una situación de fatiga física importante». «Renuncio a ser concejala, porque creo que no podré ofrecer todo lo que el cargo requiere y que la ciudadanía merece. El socialismo seguirá trabajando, pero sin mí», reconoció.
Asimismo, Carlota Menéndez asegura que ha tomado esta decisión «con mucha tristeza» y describe estos dos años en el Pleno del Ayuntamiento de Terrassa como «una gran experiencia y un reto importante en mi vida». La ya exconcejala socialista también quiso agradecer al PSC y a Eva Candela la oportunidad de ser número 3 de las listas y también se dirigió al resto de concejales, a quienes agradeció «su colaboración en el desarrollo de mi labor». «Nos veremos por las calles de esta gran ciudad y nos saludaremos», concluyó Menéndez.
Eva Candela, portavoz del PSC en Terrassa, quiso despedirse de su concejala, recalcando que «ha sido un orgullo que hayas ocupado una silla de concejala a nuestro lado». «Dar un paso al lado es un acto de absoluta valentía y honestidad», manifestó Candela, quien también aseguró que «nos dejas un legado de coherencia y respeto que cuidaremos, un gran ejemplo para todos nosotros». Los representantes del resto de partidos políticos también quisieron agradecer el trabajo de la concejala socialista, a quien el alcalde Jordi Ballart también definió como «una concejala de 10».
Intervención íntegra de Carlota Menéndez en el Pleno del Ayuntamiento
«Como ya saben, he decidido, después de pensar mucho y mucho, para ser lo más racional posible, renunciar a mi acta de concejala y quiero explicar el porqué. Hace dos años tuve el privilegio de entrar a formar parte de este consistorio como representante del Partido Socialista de Cataluña.
Una gran experiencia y un reto importante en mi vida para aprender y para aportar lo máximo de mí. Reto que acepté con mucha ilusión y, al mismo tiempo, con nerviosismo. Gracias, Eva, por pensar en mí como número 3 de la lista del Partido Socialista de Terrassa.
Hace dos años que me dedico a gestionar dos trabajos muy intensos. Es cierto que la intensidad depende del trabajo y de la persona. Son trabajos que implican una importante carga de responsabilidad y, por tanto, de profesionalidad. Ser concejala, representante de los ciudadanos de Terrassa que han confiado en el Partido Socialista, es una gran responsabilidad que he intentado siempre asumir con la máxima implicación y rigor profesional. Me he esforzado por dar lo máximo de mí. Sin embargo, con el paso del tiempo, me he dado cuenta de que mis energías ya no son las que eran y, en los últimos meses, al final del curso pasado, he llegado a una situación de fatiga física importante.
Lo hago con mucha tristeza, porque me hace sentir mucha pena esta situación, me he visto obligada a reflexionar, a quererme a mí misma. A las mujeres que ya llevamos un recorrido de vida largo, no nos enseñaron a querernos, pero yo he aprendido. Es cierto, como me ha dicho alguna persona, que no hace falta que me quite a Dios, que puedo relajarme, que no tengo que tomármelo con tanta seriedad. Seguro que será. Pero yo no quiero quitarme a Dios.
Nunca he quitado a Dios. Simplemente, intento hacerlo lo mejor posible. Y, aun así, lo he aprobado, lo he relajado. Pero hay un problema, un gran problema. No me hace sentir bien, más bien me hace sentir muy mal. Cuando uno asume una responsabilidad, la que sea remunerada o no, en este caso remunerada, debe intentar hacerlo lo mejor posible. Las personas confían en que así sea. Y luego, posiblemente, y con suerte, solo llegamos a un aprobado. Pero hay que poner el máximo esfuerzo y rigor.
Siendo honesta conmigo misma, con mis compañeros, y con todos ustedes, y con las ciudadanas y ciudadanos de Terrassa que confiaron en el socialismo para gestionar Terrassa, no puedo continuar siendo concejala. Los días seguirán teniendo 24 horas, yo seguiré gestionando dos trabajos y la vida. Y seguiré siendo la misma.
Entonces, he llegado a la conclusión de que no es viable. Por eso renuncio a ser concejala, porque creo que no podré ofrecer todo lo que el cargo requiere y que la ciudadanía merece. A partir de hoy paso a ser solo Carlota y la profesora. El socialismo seguirá trabajando, pero sin mí. Durante estos dos años he aprendido muchas cosas. Conozco mucho mejor mi ciudad, cómo es el Ayuntamiento por dentro, cómo funciona la cantidad de actividades que la ciudad genera. He aprendido el baile de plaza, que también me lo he tomado muy en serio. En definitiva, una experiencia muy enriquecedora. No me arrepiento de nada.
Quiero pedir disculpas a todas y todos los que consideren que esta decisión es una falta de compromiso o una decepción. Lo lamento mucho, de verdad, pero necesito ser honesta conmigo misma y no es una falta de compromiso. No cambio de partido, ni mucho menos. Nunca en la vida.
Antes de llegar a la agrupación de Terrassa yo ya era socialista y sigo siendo socialista. Soy una mujer de izquierdas, feminista, que cree en el estado del bienestar, en la justicia social, en la libertad de las personas para decidir su vida y en el respeto al ser humano. Estoy comprometida con esta ideología.
Durante estos dos años he conocido a muchos buenos profesionales y he hecho amistades y muchos conocidos. Agradezco muchísimo a todos y todas su colaboración en el desarrollo de mi tarea y seguiré trabajando y bailando por Terrassa, pero ahora como ciudadana. Nos veremos por las calles de esta gran ciudad y nos saludaremos.
Un fuerte abrazo y suerte en todo. Gracias.»