Desde el segundo semestre de 2024, las brigadas del ayuntamiento de Terrassa han limpiado 263 grafitis de carácter xenófobo, racista, homófobo o machista en fachadas de edificios públicos, en muchos casos con simbología nazi o fascista, según se dio a conocer ayer en la comisión informativa de Territorio y Vivienda. En total, se han repintado 10.800 metros cuadrados y, además, se han realizado otras 73 actuaciones puntuales en placas, rótulos, monolitos o juegos infantiles, que suman un conjunto de 3.725 horas de trabajo. Ahora, el equipo de gobierno quiere ampliarlo a los inmuebles de particulares o comunidades de vecinos que den a la vía pública, con subvenciones para que estos también puedan borrar este tipo de grafitis. Unas subvenciones que se podrán empezar a conceder a partir del próximo año, tras la aprobación inicial de las bases en el pleno municipal del próximo 31 de octubre.
«Como no damos abasto para todo, lo que priorizamos son aquellos grafitis que son discriminatorios y, sobre todo, aquellos que van en contra de la libertad de derechos de los ciudadanos», resumió la subdirectora del área de Territorio y Vivienda, Mercè Peralbo, durante la comisión informativa presidida por el teniente de alcalde, Xavier Cardona, con la concejala de Vía Pública, Ruth Hibernon. En este sentido, Peralbo puso hasta seis ejemplos, con imágenes sobre una pantalla, de las actuaciones desde hace más de un año. En la primera, en la calle Arenys de Mar del Pla de Bon Aire, se puede leer antes de limpiarla la inscripción Putos moros, con la cruz celta de simbología nazi que grupos fascistas utilizan actualmente contra los inmigrantes.

Los otros ejemplos se encontraban en la calle Salmeron, en un acceso al parque de Vallparadís y que se tuvo que limpiar dos veces; en la calle Fra Bonaventura Gran, de Ca n’Aurell; en la plaza de la Cultura de la Zona Deportiva, en una fachada detrás del centro cívico; en la calle Francolí, de Les Arenes-La Grípia-Can Montllor, donde la placa se había convertido en calle de Franco; y en un distintivo de un parque y el monolito de una placa conmemorativa. En el caso de la calle Bonaventura Gran se trataba de un inmueble privado, pero se había pintado el número de móvil de la persona a quien se insultaba. «Normalmente, no actuamos en fachadas de titularidad privada a menos que sea un comentario muy ofensivo o que haya datos personales», especificó Peralbo. Un ejemplo reciente de estas características fue la pintada homófoba contra el alcalde, Jordi Ballart, en la calle Mossèn Pursals, en Sant Pere, el pasado 25 de septiembre. Món Terrassa pudo comprobar cómo una brigada municipal se disponía a limpiar este grafiti en el que se leía Alcalde=mariconasso, acompañado de una esvástica.
Subvenciones para limpiar grafitis según el presupuesto y el grado de demanda
El próximo objetivo del equipo de gobierno es complementarlo con ayudas a los privados. «Intervenir es bastante problemático porque, cuando se hace la limpieza del grafiti, las fachadas pueden quedar manchadas o que se produzca algún desperfecto incluso mayor», advirtió Peralbo. «Es mejor que lo haga el propio propietario del inmueble y nosotros cubrimos una parte del gasto», terminó argumentando. «La cuantía estará condicionada a los presupuestos y, en cada actuación, también dependerá de la concurrencia» de otros particulares, detalló la subdirectora de Territorio y Vivienda.

La directora del área, Àngels Mira, adelantó que una vez las bases se aprueben inicialmente en el pleno de octubre y, tras la exposición pública y la aprobación definitiva, en 2026 se deberían poder empezar a abrir las convocatorias. «De manera voluntaria, no hemos querido establecer ni importe ni porcentaje y lo dejamos en función de cada convocatoria, si hay más o menos demanda». «En función del presupuesto anual, podemos ajustarlo», añadió recordando que en un mismo ejercicio se podría hacer más de una convocatoria. La adjudicación no será de carácter competitivo, sino por orden de entrada, y un particular o comunidad podrá presentarse una sola vez por convocatoria.
El resto de grupos de la oposición no se mostraron en contra de la propuesta, incluido el de Vox. De todas formas, Marta Giménez, jefa del grupo del Partido Popular, se abstuvo. En el turno de ruegos y preguntas, aparte de pedir desde hace un año y medio cuántas sanciones se habían ejecutado por conductas incívicas de los patinetes eléctricos y cuánto se había recaudado, Giménez solicitó lo mismo respecto a estos grafitis ofensivos si es que se conocían sus autores.