La falta de vivienda se ha convertido en uno de los problemas más graves de Terrassa y también en uno de los aspectos menos valorados en el nuevo barómetro municipal 2025, en el que la inseguridad aún encabeza las preocupaciones, según el estudio al que ha tenido acceso MónTerrassa. Pero así como la inseguridad retrocede respecto al barómetro de 2024, el problema de la vivienda sigue aumentando y también lo hace la percepción negativa de la inmigración. El 42% de los encuestados consideran que la ciudad ha empeorado en el último año, pero en este caso se trata de un retroceso respecto al 48% del año pasado y que se alinea con que la satisfacción de vivir en la ciudad crece ligeramente con una nota de 7,36 sobre diez y al hecho de que el 50% de estos encuestados consideran que Terrassa mejorará en el futuro.
El problema de la vivienda constituía en segunda posición el problema más grave en el barómetro de 2024. En un año, ha incrementado aproximadamente en un punto y se sitúa en cerca del 13%. Pero en la primera encuesta de esta serie de 2021 esta preocupación aún no aparecía. En estos momentos, no solo se indica como problema en la ciudad, sino que cuando se pregunta los elementos positivos de Terrassa, el factor Acceso a la vivienda y precio de los alquileres sale en última posición con una puntuación de solo 3,7 sobre diez. El sondeo, como en 2024, se ha encargado a la empresa Search Value, que ha entrevistado telefónicamente a 831 terrassenses mayores de 18 años entre mediados de octubre y mediados de noviembre.
El ranking de problemas más graves lo lidera la inseguridad y la falta de policía, con un 22%; la vivienda, con ese 13%; y la inmigración, con un 12%. «En los tres casos son problemas que también fueron los más mencionados en la encuesta anterior de 2024 por parte de la población en las mismas tres posiciones y con variaciones mínimas en su peso porcentual», se precisa en las conclusiones del estudio. La cuestión de la inseguridad ha bajado en dos puntos, mientras que el de la inmigración ha aumentado por su parte en dos puntos. A continuación figura el incivismo, que se mantiene en un 8%, y la limpieza que sube hasta el 7%, un punto más. El estudio también destaca que este último problema «aumenta sensiblemente», a pesar de que ya no es el gran inconveniente de 2021, cuando representaba un 16% de las quejas.
Satisfacción de vivir en la ciudad de 7,36 sobre diez
En el momento en que se pide el grado de satisfacción de vivir en Terrassa, de todas maneras, la puntuación se sitúa en 7,36 respecto al 7,29 del año pasado, aunque en una encuesta similar en 2028 esta nota llegaba a 7,61. Cuando se debe señalar cuáles son los aspectos más positivos, destaca la calidad de vida que responden un 20% de los encuestados, un incremento de dos puntos en relación con 2024. En cambio, los aspectos de la tranquilidad y los servicios públicos, bienestar social y transportes retroceden dos y un punto, respectivamente, para colocarse en un 12% y 11%. «Todos los aspectos valorados han mejorado sus puntuaciones, excepto tres: el servicio municipal de autobuses, los servicios públicos de salud y el acceso a la vivienda y los precios de los alquileres», se recuerda en este estudio.

En este último año, los encuestados consideran que la ciudad ha empeorado más que mejorado, en una relación del 42% de los primeros respecto al 29% de los segundos. Los que creen que ha mejorado disminuyen en un punto, aunque los que piensan que ha empeorado también bajan en seis puntos. En buena parte, se van a los que afirman que se ha quedado igual, con un 25% y cuatro puntos más. Una visión pesimista que se contrarresta cuando se les pregunta si consideran que la ciudad mejorará en el futuro. En este sentido, el 50% contestan que sí, algo que contrasta con el 35% que dice que no, si bien los optimistas han disminuido en un año más de cinco puntos y los pesimistas han crecido tres puntos. En general, la percepción de Terrassa es positiva en un 57%, ocho puntos más, respecto a la visión negativa de un 36%, ocho puntos menos. Son los hombres, con un 62% los que se muestran más positivos.
Y si se debe definir la ciudad, la cultura y el patrimonio son los distintivos más citados, con un 11% y un 9%, respectivamente, aunque retrocediendo un punto en relación con el año pasado. El estudio remarca una «importante heterogeneidad» en las respuestas sobre estos signos distintivos, a pesar de que «son estas materias culturales las que dan mejor imagen de la ciudad por delante de otros aspectos». Ahora bien, «el 21% de los entrevistados no saben decir un aspecto o característica que defina la ciudad, lo cual denota una falta de preocupación o de vínculo con la ciudad».
Un uso habitual del catalán que baja al 34%
En el actual barómetro, se constata que casi la mitad de los entrevistados declaran haber nacido en Terrassa (49,6%), mientras que el 15% dicen que lo han hecho en el extranjero. Aunque el 91% contestan tener la nacionalidad española, con un 9% de extranjeros. De hecho, un 6,5% declaran haber adquirido la nacionalidad con posterioridad, «proporción que presenta un sensible aumento respecto del barómetro de 2024», se subraya en las conclusiones del estudio. Sobre el total de la población terrassense, un 2,3% son marroquíes, un 2% venezolanos, un 1,1% ecuatorianos y un 1% colombianos.
Un 20% declara tener estudios universitarios y un 17% de Formación Profesional de grado superior, mientras que un 25% dice contar con los estudios de primaria. Solo un 1% responde no tener los estudios obligatorios acabados. El 65% de los entrevistados forman parte de la población activa, con un poco más de la mitad de asalariados y únicamente un 6,3% de personas que contestan estar en paro. El 27% son jubilados o cobran algún tipo de pensión o rentas pasivas.
Otro dato que llama la atención es que el catalán retrocede como lengua habitual entre los encuestados y baja más de dos puntos hasta el 34% respecto a 2024. Mientras que el castellano lo utilizan como lengua principal el 65% de los entrevistados en este nuevo barómetro sobre Terrassa.


