Anna Pizà, pediatra del Hospital Universitari MútuaTerrassa y miembro del Grupo de Toxicología de la Sociedad Española de Pediatría, nos habla sobre los vaporizadores, su composición, los riesgos asociados y el preocupante aumento de su uso entre los adolescentes. Nos alerta sobre la facilidad de acceso y las graves consecuencias que pueden tener para la salud.
¿Qué es un vaporizador? ¿Hay diferentes tipos?
Un vaporizador es un dispositivo electrónico que simula fumar. En lugar de quemar tabaco, calienta un líquido que produce un vapor que se inhala. Todos tienen una batería que calienta una resistencia, y esta calienta el líquido, que puede contener nicotina o no, aromas, espesantes e incluso cannabis.
¿Qué sustancias contiene y cómo las metaboliza el cuerpo?
Contienen una gran variedad de sustancias y, como no hay una legislación clara, muchas veces ni siquiera sabemos exactamente qué hay dentro. Lo más habitual es que contengan propilenglicol y glicerina como vehículos para los aromas y la nicotina. Esta última, cuando se inhala, pasa rápidamente a los pulmones y de allí a la sangre y al cerebro, produciendo una fuerte adicción. Otras sustancias pueden afectar vías metabólicas o bien acumularse como tóxicos. Por ejemplo, se han encontrado metales como el plomo, que puede afectar el sistema nervioso y muscular, provocando fatiga, problemas de memoria y cansancio.
¿Qué diferencias hay entre fumar y vapear?
Cuando fumamos, quemamos tabaco, que ya contiene nicotina. En cambio, los vaporizadores no llevan tabaco, aunque pueden contener nicotina y muchas otras sustancias que llegan al cuerpo a través del vapor. La diferencia principal es que no hay combustión, pero eso no significa que sea seguro.
¿A qué edad suelen iniciarse los jóvenes y cómo acceden a ellos?
Según datos recientes, la edad promedio de inicio es a los catorce años, y más del 60% de los adolescentes entre catorce y dieciocho años han probado un vaporizador. Nos preocupa mucho lo fácil que es acceder a ellos. Se pueden comprar por internet, en tiendas sin control de edad o, incluso, a través de redes sociales como TikTok, donde se promueven camuflados entre golosinas o cosméticos. Aunque la venta esté restringida a mayores de dieciocho años, la normativa es mucho más laxa que con el tabaco.
¿Cuáles son los peligros de vapear?
Los efectos a largo plazo aún no los conocemos del todo, pero a corto plazo ya hemos detectado problemas pulmonares e inflamaciones de la mucosa oral. La nicotina puede crear una adicción muy potente, y se ha observado que una tarde vapeando puede equivaler a la nicotina de 200 cigarrillos. También preocupa que pueda ser una puerta de entrada al consumo de cannabis. En el año 2019, en EE.UU., se detectaron casos graves de neumonía vinculados al consumo de cannabis con vitamina E en vaporizadores, con decenas de muertes. Esto nos demuestra que no es un juego.
¿Qué estrategias recomienda para dejar de vapear?
Con los adolescentes no funciona hablar solo de los riesgos a largo plazo. Es necesario regular claramente los vaporizadores como un producto del tabaco, con limitaciones de venta, control publicitario y un aumento de precio. También es fundamental hacer campañas preventivas en las escuelas, antes de que los jóvenes se introduzcan en su uso. Las familias deben estar informadas y atentas, porque a menudo el consumo pasa desapercibido durante mucho tiempo. Y es necesario generar conciencia social sobre este problema creciente.