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Pequeña historia de la Fiesta Mayor de Terrassa

Las Fiestas Mayores de Terrassa han visto de todos colores. En este artículo del historiador Joaquim Verdaguer se hace un pequeño repaso de cómo empezó todo:

«La Fiesta Mayor de Terrassa se celebra el primer domingo después de Sant Pere (29 de junio), es por eso que normalmente se procede el primer domingo de julio, menos en alguna ocasión que es el 30 de junio. Los motivos por los cuales se eligió una fecha como esta vienen de tiempos muy lejanos: desde la edad mediana la villa de Terrassa pertenecía a la parroquia de Sant Pere y, por eso, la Fiesta Mayor se relacionaba la fiesta de Sant Pere. Pero, cuando en 1800 se concedió, por parte del rey, la total independencia del pueblo de Sant Pere respecto de Terrassa, la villa acordó celebrar su Fiesta Mayor el domingo siguiente a Sant Pere para no coincidir con la del pueblo.

La Fiesta Mayor se celebra en honor de sus santos patrones: Sant Pere, Sant Cristòfor y Sant Valentí

La Fiesta Mayor se celebra en honor de sus santos patrones: Sant Pere, Sant Cristòfor y Sant Valentí. El contenido de los actos de la Fiesta Mayor, a lo largo de los años, ha ido variante, pero algunos son los mismos por su carácter tradicional y se han mantenido hasta hoy: el oficio en homenaje a los santos patrones, la traca en la plaza Vella, la misa de difuntos, la fiesta de la ·quitxalla»… A lo largo del siglo XX se han ido incorporando otros actos que han cogido el cariz de tradicionales.Durante el siglo XX la Fiesta Mayor ha sufrido las inclemencias políticas, sociales y económicas y ha sido un reflejo de la vida colectiva y social de cada momento, que más de una vez ha hecho tambalear su talante; en 1901 y 1902, por ejemplo, no se celebró la Fiesta Mayor por el mal momento de grave crisis económica y su presupuesto se destinó a los obreros en paro forzoso. Tampoco se celebró la del año 1911, en un momento en que la ciudad tenía unos 2.400 trabajadores en huelga y en que el movimiento obrero estaba muy radicalizado. Durante la República, oficialmente se suprimieron los actos religiosos, a pesar de que se siguieron celebrando. Los años 1937 y 1938 no se celebró, con motivo de la guerra civil.

Durante la época franquista, con la limitación del asociacionismo, la fiesta coge un cariz institucional con una fuerte presencia religiosa

Durante la época franquista, con la limitación del asociacionismo, la fiesta coge un cariz institucional con una fuerte presencia religiosa y se busca el populismo con las inauguraciones, las verbenas y, más tarde, con las grandes cabalgatas. Durante la segunda mitad de la década de los 70 la Fiesta Mayor vivió el momento más bajo de su historia. La incertidumbre administrativa después del Franquismo y la crisis del sector textil hacen menguar los actos hasta provocar la defección municipal en la del año 1978 que, con un cariz reivindicativo, fue organizada por la Asociación de Vecinos de Terrassa.

A principio de la década de los años 80, con la entrada de los ayuntamientos democráticos y de la explosión de la cultura popular, la Fiesta Mayor ya quedó más estructurada con un abanico de actos de recuperación tradicional y ofreciendo por escenario un vertebrado centro de la ciudad librado del tráfico de vehículos. Este nuevo modelo será el eje en que se basarían las nuevas incorporaciones y los estudios sobre el talante futuro de la fiesta, mirando con el pasado, según el Grupo de Estudios sobre la Fiesta Mayor. El año 1998 eran aprobados los Protocolos de la Fiesta Mayor de Terrassa que daban contenido oficial a los actos a desarrollar marcando las pautas a seguir. Tomando como base este legado del patrimonio cultural tradicional la Fiesta Mayor se complementa con una gran saco de actividades más o menos conceptuadas que llenan los seis días de Fiesta Mayor.

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