Los incendios forestales son una de las principales amenazas que sufre nuestra ciudad durante los meses más calurosos. Es un fenómeno que va en aumento, y justamente porque Terrassa es una de las zonas más sensibles a sufrirlo, fue elegida dentro del proyecto europeo RESIST (Regiones para la resiliencia al cambio climático a través de la Innovación, Ciencia y Tecnología), para acoger una prueba piloto en la que se buscan nuevas soluciones y estrategias de adaptación al cambio climático de los retos clave en Europa.
El pasado mes de octubre, acogió una jornada de trabajo con la participación de una cincuentena de socios provenientes de las doce regiones europeas participantes en este programa. Y aquí se pusieron sobre la mesa diversas actuaciones y posibles soluciones con las cuales Terrassa ha estado trabajando en la prevención y detección precoz de los incendios forestales. Por ejemplo, un sistema que se encuentra en fase de pruebas: la operatividad combinada de una cámara motorizada de detección de fuentes de calor y columnas de humo -propiedad del Ayuntamiento de Terrassa- y un dron de última generación en la prevención de incendios forestales de la empresa Instadrone.
La campaña de prevención ha comenzado por Les Fonts
Más allá del uso de las nuevas tecnologías, una de las herramientas que se han consolidado como más eficaces es la reducción de combustible, mediante talas controladas, y el fomento de especies «protectoras» o que actúan como barrera natural. Es una acción que se debe realizar muchos meses antes del momento crítico. Por eso, esta semana, el Ayuntamiento de Terrassa ha comenzado la campaña de gestión forestal, poniendo énfasis en las parcelas forestales municipales y más próximas a los núcleos urbanizados.
La iniciativa se ha puesto en marcha por el barrio de Les Fonts, en los terrenos ubicados alrededor del Passeig de la Muntanya. Se informa en un comunicado que, en estos primeros espacios, se llevarán a cabo talas selectivas de pinos con inclinaciones peligrosas o dominados. Esto se hace justamente para favorecer la comunidad de encinas ya presentes en la zona, porque es una especie rebrotadora, más resiliente a los incendios y que contribuye a generar entornos más sombríos y húmedos.
Paralelamente, se llevan a cabo «desbroces selectivos allí donde el estrato arbustivo presenta una cobertura excesivamente densa con el objetivo de reducir la carga de combustible». De esta manera, como se explica, «se crea una separación entre el estrato arbustivo y el arbóreo, lo que dificulta que un fuego de superficie pueda pasar a las copas, lo cual aceleraría la propagación de un incendio».


