Cada 5 de diciembre celebramos el Día Internacional del Voluntariado. Lo hacemos, sí, para agradecer la labor de todas las personas que dedican tiempo y energía a mejorar la vida comunitaria. Pero también —y sobre todo— para recordarnos que una ciudad se construye colectivamente, con manos, miradas y voces diversas, comprometidas con un mismo propósito: hacer que el lugar donde vivimos sea mejor.
Este 2025, en Terrassa, hemos querido poner el foco especialmente en las personas mayores de 60 años, un colectivo con una presencia creciente en el mundo del voluntariado y que aporta una experiencia y un bagaje valiosísimos. En Terrassa hay 56.048 personas de entre 60 y 105 años, el 24% de la población total (233.362 habitantes a 1 de enero de 2025), y todas ellas tienen un gran potencial para enriquecer la vida comunitaria. Erróneamente, a menudo se asocia la vejez con la inactividad, pero el voluntariado demuestra día tras día que las personas mayores son un motor de solidaridad, cohesión y vitalidad.
La Organización Mundial de la Salud habla de un nuevo paradigma: no se trata solo de envejecer de manera activa y saludable, sino de vivir con propósito. La participación social, la sensación de ser útil, formar parte de algo más grande, compartir tiempo y talento… Todo esto es salud. Es vida plena. Es comunidad.
Lo vemos cada día en Terrassa. Personas mayores que brindan apoyo escolar a niños, que acompañan a otras personas en situación de soledad, que colaboran en proyectos ambientales, que dinamizan centros, que sostienen asociaciones… Gente que no se retira de la vida, sino que se convierte aún más en protagonista.
Bajo el lema «Haz voluntariado. Tienes mucho que ganar», este último trimestre de 2025 se ha desplegado una campaña conjunta entre el Punt del Voluntariat, la Taula d’Entitats del Voluntariat y el Servei de Gent Gran del Ayuntamiento. El objetivo: hacer visibles los proyectos dirigidos a las personas mayores y animarlas a implicarse en acciones solidarias.
Las charlas en el Casal Municipal Anna Murià y en la Biblioteca del Distrito 2 han sido un buen ejemplo: más de cincuenta personas asistieron, preguntando, compartiendo, escuchando. Buscando una manera de continuar aportando en esta etapa vital que, lejos de terminar, se reescribe.
Desde aquí, os animamos a participar de las actividades que se han organizado en Terrassa con motivo del Día Internacional, como la exposición de fotografía «La fuerza del Voluntariado», el calendario 2025 y la entrega de premios, y la Fiesta del Voluntariado. Iniciativas que han sido claves para mostrar el compromiso y el agradecimiento a tantas y tantas personas voluntarias que de forma altruista dedican parte de su tiempo a mejorar y hacer crecer los proyectos de las entidades que creen en la mejora de su entorno y que son una auténtica escuela de valores como el altruismo, la generosidad, el compromiso o la solidaridad.
Cuando una ciudad acompaña, la ciudadanía se activa. El Punt del Voluntariat, que este año cumple ocho años, es un buen ejemplo de cómo una estructura bien pensada puede transformar realidades. Se ha convertido en un espacio de encuentro, orientación e impulso, un puente entre personas que quieren ayudar y entidades que necesitan apoyo. Es, en definitiva, un mecanismo de ciudad que activa la solidaridad.
Y al final, ¿de qué hablamos cuando hablamos de voluntariado? Hablamos de tiempos regalados, de gestos que no salen en los titulares, de personas que deciden que su entorno les importa. Hablamos de luchas compartidas, de dignidad, de igualdad. Por eso, en este Día Internacional del Voluntariado, en Terrassa, el valor de las personas que hacen voluntariado es incalculable.
A todas las personas voluntarias, especialmente a las mayores: gracias. A las entidades que sostienen proyectos con una convicción admirable: gracias. A todos quienes creen que una ciudad solo es ciudad si se cuida: gracias.
Un artículo de opinión de las concejalas Ruth Hibernón y Montserrat Caupena

