Terrassa reflexiona sobre el papel del consumo en la transición ecosocial y la relevancia de las cooperativas en este proceso. Este pasado fin de semana, tuvo lugar unas jornadas organizadas por Som Energia, Som Connexió y Som Mobilitat en la [esc]hola. Talleres, ponencias y actividades interactivas llenaron los tres días del evento, que reunió a cerca de 300 personas.
Bajo el lema «El conocimiento que transforma«, el acto giró en torno a tres ejes: los cuidados, la diversidad y la conquista de nuevos derechos para las comunidades de consumo. El programa ofreció un total de 15 talleres, donde los asistentes participaron activamente en debates, analizaron conflictos y descubrieron soluciones tanto existentes como innovadoras alrededor de la transición ecosocial. Los talleres se llevaron a cabo en diferentes puntos de Terrassa, como el Ateneu Candela, el Vapor de Prodis y el Centre Cívic ca n’Aurell.
Desde los organizadores aseguran que los participantes «pudieron adentrarse en temas como el consumo responsable, la justicia social y ambiental, y el fortalecimiento de comunidades de consumo empoderadas». Además, también se propusieron actividades más lúdicas y creativas como una “fuga room” sorpresa.
Unir fuerzas para multiplicar el impacto de las cooperativas
En cuanto a las ponencias, destaca «¿Cómo debe ser una transición para que sea justa y no nos consuma?», de la mano de las investigadoras Iaio Herrero y Maristella Svampa, en un coloquio moderado por Margalida Ramis. Ambas conversaron sobre las complejas relaciones entre el norte y el sur, o aportaron una aproximación antropológica a la crisis actual resumida como la «guerra contra la vida». Coincidieron en un mensaje: «cada aportación que hagamos, por pequeña que sea, será mejor que no hacer nada», al considerar que simples gestos pueden ser la «semilla de un gran cambio» que permita transformar la realidad y hacer del futuro un lugar mejor.
Por otro lado, desde la organización de La [esc]hola, han querido poner énfasis en la necesidad de la intercooperación. “La unión de fuerzas entre cooperativas multiplica el impacto y permite construir una comunidad activa y crítica en torno al consumo responsable. Creemos que este tipo de espacios son claves para garantizar la sostenibilidad y viabilidad de nuestros proyectos a medio y largo plazo”, remarcaron.


