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Terrassa dice adiós a una panadería centenaria: «Hemos intentado hacer el pan con cariño»

Terrassa dirá adiós esta semana a una panadería centenaria. Este miércoles 16 de abril será el último día que la Fleca Ferrer, ubicada en la calle de Francesc Salvans, en el barrio de Sant Pere, abrirá sus puertas. Será un día de emociones encontradas, donde la alegría por el trabajo bien hecho y por comenzar una nueva etapa vital, se mezclará con la tristeza por la despedida de clientes de toda la vida y aquellos que se han ido sumando en los últimos años. Pero es que los actuales responsables, Jordi Ferrer y Carme Aran, les ha llegado el turno de jubilarse, y poner así punto final a una trayectoria «llena de dedicación, harina y pasión por el buen pan», tal como ellos mismos explican.

“Hemos intentado hacer el pan como nos lo enseñaron nuestros padres y abuelos: con tiempo, con cuidado y con cariño”, explica Jordi Ferrer. Ellos han sido la tercera generación de un establecimiento que cuenta con un siglo de historia, y que se había convertido en uno de los más veteranos de toda la ciudad. Como los vecinos de Sant Pere recordarán, cada mañana, antes de que saliera el sol, el olor de pan recién hecho se esparcía por todo el barrio, y anunciaba que ya estaba abierto.

Maria Martí en el patio del horno 1962

«Nos gustaría que el horno continuara vivo»

De una de las cosas de las que más orgullosos están los propietarios es que a pesar de que en este siglo de historia ha habido muchos cambios sociales, tecnológicos y urbanísticos, «siempre hemos mantenido la esencia de la panadería de barrio: cercana, artesanal y arraigada» al territorio. Con este cierre, Terrassa despide un comercio emblemático que ha formado parte del tejido cotidiano del barrio de Sant Pere y dice adiós a la familia Ferrer, que se retira con un buen puñado de anécdotas para recordar.

Pero no todo son malas noticias. Aunque la Fleca Ferrer cierra sus puertas, ya han anunciado que el establecimiento tiene muchas probabilidades de continuar teniendo vida, ya que todo apunta a que el local acogerá un horno bajo una nueva gestión. Aunque aún quedan por concretar los últimos detalles, esto podría hacer menos dolorosa la pérdida de la panadería centenaria. “Nos gustaría mucho que el horno continuara vivo, con el mismo espíritu, pero ahora nos toca dar un paso al lado”, ha sentenciado Carme Aran.

Pere Ferrer Vives, frente al Horno giratorio Llopis, 1965 BN | Cedida
Fachada del establecimiento actual de la Fleca Ferrer, en el barrio de Sant Pere | Cedida

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