El próximo día 25 de enero, Terrassa dirá adiós a una tienda histórica. Después de 45 años de servicio, el establecimiento ubicado en la calle de Sant Pere cierra sus puertas. La joyería familiar, ahora llevada por los dos hijos, Dídac y Oriol, no se puede negar que ha dejado su huella en el comercio de nuestra ciudad. El negocio se ha ido adaptando con los años a las diferentes necesidades y ampliando servicios -con la tienda en línea-, manteniendo sin embargo el espíritu iniciado un diciembre de 1979.
Hace unas semanas, la tienda anunció que cerraba. Lo hace con liquidación de productos y grandes descuentos. Es una buena oportunidad para adquirir una joya o un reloj de calidad a muy buen precio.
Montse, Esteve, Oriol y Dídac han publicado en las redes sociales un emotivo escrito de agradecimiento a los clientes y a todas las personas que en estas más de cuatro décadas les han acompañado. «Decir adiós no es fácil», subrayan, para destacar que «nos llevamos el recuerdo de cada sonrisa, cada conversación y cada momento compartido con vosotros».
Escrito íntegro de despedida de Bruixeries
Adiós, Bruixeries.
Después de mucho tiempo de reflexión y con el corazón lleno de emociones, el 25 de enero nos despediremos de un proyecto que ha marcado nuestras vidas. Bruixeries nació el 1 de diciembre de 1979, gracias a la visión y esfuerzo de mis padres, Montse y Esteve. Yo, Dídac, solo tenía dos semanas de vida cuando este sueño familiar comenzó, Oriol y yo hemos tenido el honor de seguir su legado.
Durante estos 45 años, Bruixeries ha sido mucho más que una tienda. Ha sido un lugar de encuentro, un segundo hogar, un proyecto compartido que nos ha enseñado el valor del trabajo constante, de la adaptación a los cambios, y de la dedicación con cariño. Hemos crecido con vosotros, que habéis llegado a ser amigos y, muchos de vosotros, parte de nuestra gran familia.
Ahora, después de tantos años llenos de historias, momentos dulces y también retos, hemos decidido que es hora de aparcar este capítulo tan especial. Lo hacemos con la convicción de haber dado lo mejor de nosotros mismos y con la ilusión de comenzar nuevos caminos que nos permitan estar más cerca de nuestros sueños personales y familiares.
Decir adiós no es fácil. Bruixeries no ha sido solo un negocio, sino una forma de vida que ha llenado nuestros pensamientos cada día. Es un adiós nostálgico, pero también con una inmensa gratitud por todo lo que hemos vivido y aprendido. Nos llevamos el recuerdo de cada sonrisa, cada conversación y cada momento compartido con vosotros.
Queremos daros las gracias de todo corazón. A vosotros, que habéis confiado en nosotros, que nos habéis acompañado en esta aventura y que habéis hecho de Bruixeries un lugar tan especial. Os echaremos mucho de menos, pero siempre llevaremos con nosotros el recuerdo de esta etapa tan bonita de nuestras vidas.
Con todo nuestro afecto,
