El pasado 5 de noviembre, el Ayuntamiento de Terrassa comunicó oficialmente al responsable de la entidad deportiva Egara Power la resolución sobre la concesión de uso de las instalaciones municipales, ubicadas en la avenida Joaquim de Sagrera. En el documento, el Consistorio denegaba poder continuar ejerciendo su actividad en el espacio que ocupaban hasta ahora. Fuentes municipales indicaron a MónTerrassa que la decisión estaba ligada a «un problema de convivencia» entre esta entidad y el resto de usuarios, y se quería priorizar “velar por la seguridad”.
Una semana más tarde, el resto de entidades usuarias del equipamiento de La Cogullada (la Asociación de Vecinos La Cogullada, la Asociación de Gente Mayor del Distrito 4, el Club Boxing Terrassa, Club Patinaje Terrassa, Handbol Terrassa, Club Taekwondo Terrassa y Terrassa Fundació 1906) han convocado una rueda de prensa donde han presentado un comunicado conjunto en relación con la expulsión de Egara Power.
En el documento, las ocho entidades expresan su apoyo al Ayuntamiento de Terrassa en su decisión. Así pues, argumentan que esta decisión «se toma después de agotar todas las vías de diálogo y ante la falta de compromiso del responsable de Egara Power», una persona que aseguran «ha demostrado ser conflictiva y poco dispuesta a respetar las normas de convivencia».
Las entidades dicen que su presencia generaba «un ambiente de tensión y malestar»
Asimismo, las entidades manifiestan que el responsable de la entidad «ha sido el principal obstáculo para encontrar una solución pacífica» y dicen que su actitud «agresiva y poco colaboradora» ha generado «un ambiente de tensión y malestar entre los usuarios del equipamiento». En este sentido, Aurelio Torres, representante del Club Boxing Terrassa, explica que el «punto culminante» de la mala relación tuvo lugar hace dos semanas, cuando asegura que el responsable de Egara Power rompió una puerta de una patada. «Esto da una imagen de violencia a los niños pequeños que no podemos permitir. Incluso, nos hemos visto obligados a contratar a dos personas de seguridad», argumenta Torres, quien también dice que todas las entidades han tenido algún tipo de problema con él.
Así pues, el comunicado también destaca que el cierre de Egara Power «es una medida necesaria para proteger la convivencia y la cohesión social en La Cogullada». «No podemos permitir que una persona con esta actitud se cargue la convivencia y el buen ambiente que tanto hemos trabajado para construir», añaden. Además, agradecen al Ayuntamiento esta decisión y esperan que «se tomen medidas para encontrar un nuevo uso para el espacio que beneficie a la comunidad y promueva la convivencia y la integración social».

