La actriz de Terrassa, Cristina Martínez triunfa en el Maldà con The Cibels, una creación colectiva de Laura Aubert, Francesc Marginet, Clara Mingueza, Núria Coromines, Marc Domingo y la propia Martínez. Una comedia que nos sumerge en la vida de dos amigos que conquistan el mundo de la música en plena década de los 70, desde el pueblo de Sant Fruitós de Bages hasta el épico escenario del Madison Square Garden de Nueva York.
La obra se abre con una entrevista donde el público hace de periodista, interrogando a los dos cantantes de ficción: Margaret y John. A través de sus palabras, descubrimos los secretos de sus éxitos, el proceso creativo de un grupo emergente —con sus guitarras, pianos y horas interminables de estudio—, y el uso del inglés como lengua de prestigio internacional. También se exploran las sombras de la fama: la influencia de los medios, la difusión de la vida privada, las verdades y las mentiras que se tejen alrededor de los artistas, y las exigencias de los productores musicales.
Los dos intérpretes, Cristina Martínez y Marc Domingo, lo dan todo en el escenario en una pieza que mezcla teatro de texto, musical y teatro de gesto. Con energía y sutileza, encarnan los viajes oníricos de estos músicos, ofreciendo un retrato penetrante y conmovedor de los mitos musicales. La mirada, sin embargo, es irónica: desmonta sus deseos más profundos y obsesiones, como la tortuosa —o pacífica— búsqueda de la inspiración para sus letras. Destacan canciones surrealistas como Scrambel Eggs o Salmon, Salmon, creadas por Cristina, llenas de humor, ternura y la sobriedad propia de unos jóvenes que anhelan la gloria.
The Cibels es una comedia musical extraordinaria, un paso esencial en la consolidación de estos dos jóvenes actores —con una trayectoria teatral ya sólida— La historia de una amistad que evoluciona mientras intentan descifrar los complejos signos de la fama, arrastrando al espectador en una locura de acciones y reflexiones escatológicas que avanzan como una receta de cocina… donde los huevos son la base. Mediante flashbacks fantásticos, los protagonistas viajan a sus orígenes en una obra que también es un viaje de iniciación a la vida musical y la historia de una amistad.
Domingo y Martínez dan vida a una galería de personajes maravillosos, bien captados, llenos de intenciones musicales, imprevisibles, inteligentes e irreverentes, pero sabios en la esencia del ser humano. Una joya escénica que no os podéis perder en el Maldà.
