El maestro musical Miquel Ortega confiesa que Tosca y su compositor Giacomo Puccini son una de sus óperas y autores favoritos. No es la primera vez que dirige la orquesta con esta obra, pero sí lo hace con la reciente adaptación de su discípulo José Colomé. Será en el Teatre Principal de Terrassa, el 12 y 14 de diciembre, de la mano de Òpera Terrassa, escenografía de Juan Carlos Esteve, la Orquestra de Cambra Terrassa 48 (OCT48) y la soprano Laura del Río, el tenor Nacho Guzmán y el barítono Jorge Tello. El drama lírico que el compositor italiano estrenó en 1900 y recreó en la Roma de 1800 se transpondrá en esta ocasión a 1945, el fin de la Segunda Guerra Mundial, y entre los cantantes en escena, los coros y la orquesta habrá una setentena de participantes para una de las piezas más conocidas y complejas de Puccini.
«Debo decir que esta es una de mis óperas favoritas de todo el repertorio operístico de todas las épocas, y hay muchas que me gustan, pero realmente Tosca me entusiasma», reconoció Ortega este lunes en la presentación de la producción y a quien Òpera Terrassa ha ido a buscar por lo que significa su trayectoria, del Liceu al Teatro Real pasando por el Covent Garden londinense y el Teatro Colón de Buenos Aires. El músico, él mismo compositor de óperas, dice que aceptó el reto por el equipo que lo rodea. «Tenemos un trío de cantantes para mí de grandísimo nivel, que es esencial para esta ópera», destacó antes de enumerarlos: «Laura del Río, un Cavaradosi como Nacho Guzmán y un Scarpia como Jorge Tello, realmente, son una garantía. «Y también estoy muy contento por las referencias que tengo de disponer de una orquesta como la Terrassa 48 y, evidentemente, del coro y la dirección escénica de Esteve».
La reciente adaptación de José Colomé en Portugal
El otro pilar, para el director musical, es la adaptación musical que ha hecho el sevillano Colomé, que la estrenó el pasado octubre en las ciudades portuguesas de Oporto, Lisboa y Águeda, con Guzmán también como Cavaradosi. Y destaca que con Puccini, como en los grandes clásicos de la ópera, no es posible contar con el conjunto de músicos con los que imaginaban las obras -en el caso de Tosca unos ochenta- por la capacidad más reducida de la mayoría de teatros en su foso. «Estuve escuchando la función en Lisboa y me quito el sombrero por la adaptación que ha hecho porque se siente todo lo que escribió Puccini, pero con una plantilla evidentemente mucho más pequeña, un poco menos de la mitad de lo que pide Puccini», reveló.
Aquí es donde Ortega recordó que hace muchos años ya había dirigido otra versión de Tosca con los Amics de l’Òpera de Sabadell, que se estrenó en el Teatre Fortuny de Reus. «Creo, incluso, más pequeño que este» precisó comparándolo con el Teatre Principal. Por su parte, Esteve, cantante y vicepresidente de Òpera Terrassa, también confesó que esta es su primera escenografía. «Por eso, intenté rodearme de gente que sé que hace muy bien su trabajo y, prácticamente, yo no tengo que preocuparme de mucho más porque la música va sola, los cantantes casi van solos».
Poder, celos y traición
La elección de Esteve de trasladar la trama a finales de la Segunda Guerra Mundial la sostiene, de entrada, en el subtítulo de la versión terrassense: Poder, celos y traición. «Yo digo que Tosca es una ópera oscura y ¡qué más oscuro que una guerra mundial!», enfatizó el escenógrafo. En cuanto a la producción, detalló que trabajan desde hace seis meses con el Cor Òpera Terrassa, además del Cor de Veus Blanques del Conservatori de Terrassa y que los ensayos, que comenzaron este mismo lunes, se repartirán en una decena de días. «Es un tiempo muy corto para poder montar una ópera como esta, pero es lo que tenemos y lo haremos», aseguró Esteve.

Por su parte, la soprano Del Río, que hablaba en nombre del tenor argentino Guzmán y el barítono peruano Tello, presentes en la sala, resaltó el trabajo que tienen por delante. «Esta es una ópera muy exigente, con bastantes dificultades, tal como la concibió armónicamente Puccini, pero estamos muy seguros con la batuta del maestro Ortega».
En su caso, uno de los miembros de la OCT48, Pere Bartolomé, habló «de una aventura muy concentrada de ensayo y una experiencia brutal». Mientras que el concejal de gobierno Alberto Muñoz, en representación del Ayuntamiento, subrayó las actividades paralelas de la entidad promotora. «Los concursos de pintura o de música organizados alrededor de Tosca son un buen ejemplo de esta accesibilidad y de cómo hacer que el público se acerque al mundo de la ópera desde ámbitos muy diferentes», incidió.
Para abrir y cerrar el acto, el presidente de Òpera Terrassa, Josep Maria Casarramona, no ocultó las incertidumbres que aún hay a nivel técnico por la complejidad de la obra. «Piensen que esto está vivo, como un árbol o como una bestia, y, en el día a día, pasan cosas y tenemos que ir improvisando con movimientos ágiles para llegar a la solución adecuada», dijo como metáfora. Como miembro del coro, también hizo su propia descripción: «Hay un momento que me impresiona mucho, que parece que estés a las puertas del infierno. El malvado va cantando, está el coro, y dices que si existe la puerta del infierno debe ser este el ambiente».


