El terrassense Mario Armengol se convirtió en uno de los mejores agentes secretos británicos durante la Segunda Guerra Mundial. Pero en lugar de disparar balas, lo que hacía era disparar tinta. De 1941 a 1945, el dibujante realizó unos dos mil cartoons o caricaturas al servicio del Ministerio de Información británico contra el Tercer Reich y el Eje. Logró publicarlos en periódicos y revistas de países aliados de Londres y neutrales, desde Nueva Zelanda hasta Haití, y así se convirtió en el único artista catalán y español que trabajó masivamente para la propaganda de los Aliados.
Ahora, el Museo Nacional de Arte de Cataluña recoge este ingente trabajo en la exposición «Tinta contra Hitler«, comisariada por Plàcid Garcia-Planas y Arnau Gonzàlez i Vilalta. Hasta el 11 de enero de 2026 se podrá ver una muestra espectacular de los originales conservados por el autor y su familia. Como apuntan los comisarios, el conjunto «supone uno de los mayores fondos a escala mundial sobre ilustración de sátira política del conflicto más terrible de la historia». Armengol se encuentra en el olimpo de dibujantes y cartoonists del Reino Unido, junto a emblemas como David Low, Giles o Illingworth.

Un dibujante y artista reconocido mundialmente
En las ilustraciones del catalán podemos ver caricaturizados casi todos los frentes de guerra y las figuras más destacadas. «Todo esto, además, satirizado en un estilo que bebe de la intensa tradición de dibujantes y publicaciones satíricas catalanas de finales del XIX y primeras décadas del XX», subrayan. «Tinta contra Hitler» quiere interpelarnos sobre el autoritarismo, el dolor y los límites del humor y el arte en tiempos convulsos.
Mario Armengol Torrella (Sant Joan de les Abadesses, 1909 – Nottingham, 1995) era hijo de industriales textiles terrassenses. A pesar de nacer en el municipio del Ripollès, con once años llegó a la capital vallesana, de donde eran originarios sus padres. Aquí residió unos años hasta que se marchó a Madrid y París a completar sus estudios. En los años 30 regresó a Terrassa donde se dedicó a diseñar materiales publicitarios para empresas textiles de la zona. Entre sus trabajos en esta época destaca la actual insignia del Centro Excursionista de Terrassa (CET).
Poco antes de terminar la Guerra Civil huyó. Primero a Francia y, después, a Inglaterra. Era 1941 y cambió su nombre Mariano, por Mario, convirtiéndose oficialmente en Mario Hubert Armengol. Entró a trabajar en el departamento artístico del Ministerio de Información británico, y aquí comenzó su historia con las caricaturas políticas protagonizadas por Adolf Hitler. Los diarios Daily Mail, Daily Telegraph, Chicago Sun o Boston Globe eran algunos de los grandes medios donde se publicaban. Hasta 1945 dibujó unos dos mil cartoons contra Hitler y sus aliados, y los británicos le reconocían su humor «afilado, amargo y cáustico, típicamente catalán», con una versatilidad de estilo que apuntaba hacia el cómic actual.
Terminada la II GM se dedicó al diseño de murales y material gráfico para empresas como la BBC, los ferrocarriles británicos o el gigante químico ICI. También destacó en su faceta como pintor y escultor, con premios internacionales y participando en la gran Exposición Universal de 1967 en Montreal. Sin embargo, no abandonó sus caricaturas políticas hasta la década de los ochenta, atreviéndose a burlarse de Margaret Thatcher y sus ministros.
