Nuevo socavón en Terrassa. Aún con el problema del subsuelo en la calle Ample por solucionar -el gobierno municipal espera comenzar las obras el próximo mes de mayo-, ha surgido otra calle donde hay que prestar atención. Hace unos días, los vecinos de toda la zona próxima a las calles de Beethoven, el paseo 22 de Julio y Josep-Vicenç Foix, vieron cómo operarios colocaban varias vallas de seguridad alrededor de todo el cruce, impidiendo el paso a los conductores que suelen utilizar este vial para entrar a Can Boada -por debajo del puente-, acceder a Ca n’Aurell o que vienen desde la Ronda de Ponent para cruzar en dirección este la ciudad.
Lo que parecía una operación rutinaria, sin embargo, se fue convirtiendo en un punto de preocupación cuando, a medida que pasaban los días, no solo no se reabría sino que la zona precintada crecía. El problema se ha visto agravado porque, según explican vecinos a MónTerrassa, «no nos han dicho nada, ni de las obras, ni que se cortaba la calle, ni de qué pasaba. Vemos operarios perforando el suelo, la calle cerrada con lo que parece una posible grieta, e incluso hemos visto a una persona con un georradar, pero nadie nos dice nada», lamentan.
Muchos se preguntan si es seguro atravesar el puente de Beethoven o cruzar por ese cruce, sobre todo con la experiencia de otros socavones que han ido apareciendo en los últimos meses en la ciudad, no solo en el barrio de Sant Pere -uno de los principales afectados- sino también, por ejemplo, en el Segle XX, con la calle deGasòmetre o con la plaza del Gas-.
Pruebas en superficie y en el interior del colector
Fuentes municipales han confirmado a MónTerrassa que el cierre del cruce se debe al hecho de haber «detectado una zona con un pequeño socavón». La detección se ha podido realizar gracias a las inspecciones que se han estado realizando dentro de la subvención del PERTE, enmarcada en los servicios de elaboración del modelo digital, modelo hidráulico y Plan integral de gestión del sistema de saneamiento de Terrassa, en la Cuenca Palau Norte.
Una vez visto que el problema «está muy localizado» en un punto concreto, el gobierno municipal ha optado por «de forma preventiva, y mientras realizamos pruebas tanto por superficie como para el interior del colector», que la zona quedara delimitada con vallas, para evitar la circulación de vehículos, especialmente los más pesados. Desde el Ayuntamiento subrayan que se trata «de una situación sobrevenida» y que será en función de los resultados obtenidos en estas pruebas que se valorará la «duración de las reparaciones a realizar».
