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Fontisaurus tarumbaire, el nombre elegido para un lagarto de 9 millones de años

Fontisaurus tarumbaire. Este ha sido el nombre elegido por los vecinos de Viladecavalls en una votación popular entre cinco opciones posibles para el increíble fósil de lagarto de más de 9 millones de años. El ganador entre todos los posibles ha sido un nombre que significa «el lagarto de la fuente», por un lado, y el nombre con el que se conoce a los habitantes de Viladecavalls, por el otro. Una elección muy acertada, según recalca el investigador Andrea Villa, primer autor del artículo, que subraya que “con este nombre hemos querido reconocer el arraigo territorial del descubrimiento científico, dando voz a la ciudadanía y acercando la paleontología a todos”.

La votación se realizó hace casi un año, pero no ha sido hasta ahora, este mes de diciembre, que se ha dado a conocer el resultado, coincidiendo con la publicación de los resultados en la prestigiosa revista científica Swiss Journal Paleontology. Ha sido organizada por el Área de Comunicación y Divulgación Científica del Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont (ICP), encargado de la investigación científica. De esta manera, queda registrado este fósil que representa un hallazgo importante, ya que describe «una nueva especie y género de lagarto, procedente del Mioceno y circunscrito al área del Vallès-Penedès». El proyecto de investigación y datación ha contado con financiamiento de la Agencia Estatal de Investigación, el programa CERCA y AGAUR, y otras ayudas competitivas.

Tecnología avanzada y una dentadura clave

El cráneo se encontró en Sant Miquel de Toudell, y los huesos se conservan unidos y en la misma posición que tenían en vida. Depositado en las colecciones paleontológicas del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona, desde el ICP se ha podido llevar a cabo el estudio gracias a técnicas avanzadas de imagen, como por ejemplo la tomografía por neutrones realizada en Alemania, con la cual se pudo obtener información del interior del fósil que no era posible obtener con tomografía computarizada convencional. Esta técnica ha permitido describir con más detalle la anatomía craneal y distinguir claramente Fontisaurus tarumbaire del resto de lagartos ánguids, tanto fósiles como actuales.​

Según explican desde el Instituto una de las piezas clave para determinar la especie, ha sido fijarse en los dientes. Inicialmente, se habría clasificado este animal dentro del género Ophisaurus, porque su dentición se le asemejaba. Pero los nuevos resultados sitúan Fontisaurus tarumbaire como miembro de una línea evolutiva diferente dentro del grupo de los ánguids. Esto indica que la diversidad de estos reptiles en el continente europeo era más alta de lo que se pensaba hasta ahora. Y de ahí la gran importancia del hallazgo.

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