Denuncian la discriminación salarial que sufren las trabajadoras de la escuela rural de Rellinars. Desde la CGT Enseñanza han alertado de la «grave injusticia» que sufren las Técnicas Especialistas en Educación Infantil (TEEI) que trabajan en escuelas rurales catalanas tutorizando a niños de 1 y 2 años. Según el sindicato, estas profesionales «realizan exactamente las mismas tareas que una educadora de guardería (EDU) en cualquier ciudad, pero perciben, por el mismo trabajo, hasta 800 euros menos al mes, porque están clasificadas en una categoría profesional inferior».
Desde CGT aseguran que “este modelo supone un agravio comparativo en las trabajadoras del mundo rural», y por este motivo, reclaman a Educación que cambie esta situación: «Dicen que quieren combatir la despoblación, pero lo que están haciendo es fomentar el éxodo de las trabajadoras que viven en los pueblos». Apuntan que la diferencia salarial ocasiona que las plantillas de las escuelas rurales sean más «inestables» y que se pone en riesgo «la continuidad del servicio».
Y es que según el VI Convenio colectivo único del personal laboral de la Generalitat, una EDU (categoría B) percibe un sueldo base mensual de 1.854,30 € más complementos, mientras que una TEEI (categoría C1) recibe 1.597,59 €. Además, las EDU disfrutarán de un complemento retributivo recientemente aprobado de 473 € mensuales, lo que amplía aún más la diferencia salarial.
Reclaman la equiparación salarial y profesional
Los anarcosindicalistas afirman que “ya es hora de poner en valor la labor que realmente hacen las TEEI de escuelas rurales” y añaden que “no podemos permitir que trabajar en un pueblo sea sinónimo de precariedad”. La solución, según la CGT, pasa porque Educación apueste por «la equiparación salarial y de categoría profesional entre TEEI y EDU, el reconocimiento del trabajo educativo desarrollado en entornos rurales y el fin de la discriminación económica que sufren estas trabajadoras».
Desde la CGT recuerdan que hace una década, Educación puso en marcha un Plan piloto para integrar las guarderías de los municipios de menos de 3.000 habitantes dentro de las escuelas de primaria, así, se quería facilitar la escolarización de niños de 1 a 3 años y detener la pérdida de población. Sin embargo, la medida no fue acompañada de una igualdad laboral y salarial de las trabajadoras, y esto ha terminado provocando la «precarización» del sector.

