Hace pocas semanas, la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) vio cómo su intención de abrir un grado en medicina en el campus de Terrassa fue rechazada. A mediados de octubre, la Agencia para la Calidad del Sistema Sanitario (AQU) emitió un informe en el que detectaba diversas carencias y aportaba recomendaciones al centro universitario con vistas a la implantación de un grado en medicina. Ante este duro revés, la entidad vio cómo le sería imposible acreditar la carrera a tiempo para ponerla en marcha el próximo año. Así, poco después, explicó que con la voluntad de mantener vivo el grado, se habían puesto a trabajar con la intención de ofrecerlo dentro de dos o tres años.
El jarro de agua fría se ha vuelto helado cuando esta misma semana, la misma Agencia sí ha dado el visto bueno a los nuevos grados de medicina de dos otras universidades, privadas, como son Abat Oliba y Blanquera, que comenzarán a impartir los estudios ya el próximo curso.
La reacción por parte de la UPC y del Ayuntamiento de Terrassa ha sido rápida. Este jueves, día 13 de noviembre, el alcalde Jordi Ballart ha bajado hasta Barcelona para reunirse con el rector de la Universitat Politècnica de Catalunya – BarcelonaTech (UPC), Francesc Torres. En el encuentro también estaban el teniente de alcalde de Proyección de la Ciudad y concejal de Universidades, Joan Salvador, y el vicerrector de Política Universitaria, Santiago Silvestre.
El curso 2027-2028, en el horizonte
Una vez más, ambas instituciones han mostrado su buen entendimiento para poder llevar adelante el deseo de tener estudios de medicina en el Campus de Terrassa. «El encuentro ha servido para poner de manifiesto, una vez más, la buena sintonía y la voluntad de colaboración entre ambas instituciones para impulsar proyectos estratégicos de interés común en el ámbito de la tecnología, muy especialmente en el ámbito de la salud», ha asegurado Ballart, quien ha añadido que se mantiene la voluntad de continuar trabajando para conseguir el beneplácito de la Agencia. «Mantenemos una relación excelente y un objetivo común; estamos alineados para colaborar con el ecosistema de salud de Terrassa y que el grado en Medicina sea una realidad el curso 2027-2028», ha apuntado.
Pero para conseguir el objetivo será necesario seguir las recomendaciones, y esto requiere buscar más aliados. Por eso, han manifestado que se están «manteniendo contactos con otras universidades para hilvanar y apoyar una oferta académica que garantice la calidad en la formación de los médicos y las médicas». Y han recalcado que se continúa apostando porque la formación también se lleve a cabo «en estrecha colaboración con agentes sanitarios del territorio, lo que consolidaría Terrassa como un centro de excelencia en el sector de la salud».
Ballart considera que la UPC es el agente perfecto para impulsar el grado en medicina en nuestra ciudad, «aportaría todos sus conocimientos y liderazgo en el ámbito tecnológico». Un argumento que ha hecho suyo el rector de la UPC, Francesc Torres, quien ha afirmado que: “la medicina actual y del futuro es cada vez más tecnológica y que una universidad de referencia como la UPC puede hacer grandes aportaciones al sistema de salud de Catalunya”. Y ha recordado que, aproximadamente, el 20% de la investigación de la UPC ya se desarrolla en el ámbito de la salud, y de las diez spin-off surgidas el último año, siete están relacionadas.


