Un estudio del Centro de Política de Suelo y Valoraciones (CPSV) de la Universitat Politècnica de Catalunya – BarcelonaTech (UPC) indica que las precipitaciones extremas registradas durante la DANA del 29 de octubre de 2024 en Valencia podrían repetirse cada 47 años, y no cada 500 como se había estimado inicialmente.
El estudio, liderado por los profesores Blanca Arellano y Josep Roca, de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona (ETSAB), analiza las causas y los efectos de las inundaciones extremas producidas hace un año en Valencia y estima si las DANA son cada vez más frecuentes e intensas. Según los análisis, elaborados a partir de las series de 350 estaciones meteorológicas de AEMET, el volumen de lluvia registrado el 29 de octubre de 2024 «no es un fenómeno excepcional único, sino un evento con una probabilidad significativa de repetirse», afirman desde la UPC.
Así pues, los autores del estudio manifiestan la necesidad de revisar los actuales mapas oficiales de zonas inundables y de los planes urbanísticos valencianos para prevenir desastres de esta magnitud. «Los datos indican que las lluvias extremas en el litoral valenciano podrían ser mucho más frecuentes e intensas de lo que prevén los modelos actuales. Es necesaria una revisión urgente de la cartografía y del planeamiento urbanístico», afirman Blanca Arellano y Josep Roca Caldera.
El uso inadecuado del suelo y las previsiones incorrectas como factores clave
El estudio del CPSV apunta tres factores determinantes en la gravedad de los daños de la DANA en Valencia. Por un lado, señalan el uso inadecuado del suelo, resultado «de una planificación urbanística que ha ignorado los mapas de riesgo de inundación y los estudios sobre peligrosidad». Otro factor que destacan desde el estudio es el desbordamiento de las previsiones de zonas inundables establecidas en la cartografía oficial. En este sentido, dicen que la inundación producida «excedió la huella inundable prevista».
Finalmente, subrayan que los efectos catastróficos de la DANA también se debieron al hecho de que impactó en una zona donde nunca antes se habían registrado precipitaciones de esta magnitud. «De hecho, parece que en primera instancia la AEMET evaluó que las precipitaciones producidas el 29/10/24 tenían un periodo de retorno superior a 2.000 años, lo que se traduciría en un evento realmente excepcional», apuntan desde la UPC. El estudio también recalca que el incremento progresivo del calentamiento del mar Mediterráneo y del vapor de agua acumulado en la atmósfera «también son factores aceleradores del incremento de precipitaciones extremas».
