Terrassa suspende las adopciones de gatos negros, víctimas de rituales por Halloween. El teniente de alcalde y concejal de Bienestar Animal, Noel Duque, ha explicado en un video a través de las redes sociales que el Ayuntamiento de Terrassa se ha visto obligado a realizar una instrucción de urgencia para evitar poner en peligro la vida de estos animales. De esta manera, el Centro de Atención de Animales Domésticos de Terrassa (CAAD) tiene prohibido desde el 1 de octubre y hasta el 1 de noviembre dar en adopción o en acogida gatos de color negro.
Duque informa que han sido las mismas entidades animalistas y la ciudadanía en general quienes transmitieron la alerta al Ayuntamiento. Parece que «hay quien tiene un interés especial en adoptar y coger gatos negros para esta celebración para utilizarlos con fines rituales o, simplemente, porque es muy divertido tenerlos de atrezzo», lamenta el concejal, que asegura que tan pronto se tuvo conocimiento se decidió aprobar la instrucción. «Es muy fuerte e increíble, pero es así. Así que si queréis adoptar un gato negro en Terrassa, tendréis que esperar hasta después de Halloween, y tendréis que acreditar que lo cuidaréis y lo amaréis», ha recalcado.
Una alerta que se repite año tras año
La alerta no solo afecta a Terrassa. De hecho, desde hace tiempo, por estas fechas, las entidades animalistas hacen un llamado a proteger a los gatos negros. De hecho, en Estados Unidos, uno de los países donde más se celebra el día 31 de octubre, muchos centros ya tienen prohibida por decreto su adopción -junto con los conejos- durante los días previos. Los animales corren el riesgo de protagonizar, contra su voluntad, sacrificios satánicos o rituales, y ser víctimas de torturas diversas.
Todo esto deriva de la leyenda que atribuye a los gatos negros un poder especial y espiritual, como si fueran la reencarnación de los espíritus. En este sentido, los celtas creían que los demonios tomaban la forma de los felinos, o durante la Edad Media, eran perseguidos por creer que eran brujas reencarnadas. De aquí también el mito que dice que cruzarse con uno de estos pobres animales trae mala suerte.